Me parece
que el gran error de las religiones, es que nos enseñaron a buscar a Dios en las
alturas, hacia un Paraíso en donde residía un dios lleno de atributos, por una
parte divinos e inalcanzables y por otra con sentimientos totalmente humanos,
como son la ira, el rencor, el castigo y la venganza. Durante siglos se nos
enseñó que éramos semejantes a Dios, cuando en verdad, los hombres hemos hecho a
Dios semejante a nosotros, porque nos hemos inventado una divinidad que nada
tiene que ver con la verdad.
Jesús se
autootorgó para cambiar esta distorción, siendo uno de nosotros vino a
enseñarnos que “Dios es una persona salvadora y Padre amante para todos los que
disfrutan de paz espiritual en la tierra y que anhelan experimentar la
supervivencia de la personalidad después de la muerte.”24 Cuando comenzamos a
darnos cuenta y aprendemos a amar a Dios como a un Padre, también comprendemos
que necesariamente todos los hombres tienen que ser nuestros hermanos y que los
tenemos que amar sin distinciones. En todas vuestras relaciones con los hombres,
haced el bien por el mal. Lo que no quieras que te hagan, tampoco lo hagas tú a
otros.”1443
La meta
divina no está en fijar nuestros ojos hacia el cielo, ni en elevar oraciones de
alabanzas, sino más bien en nuestra meta de superación y perfección, la cual
debe estar anclada en el Aquí y Ahora, pues es en este planeta y en las
ocupaciones que nos toca vivir, donde debemos encontrar a Dios, en nosotros y
por nosotros mismos. La Maesra Vida, diariamente pone frente a nosotros
enseñanzas y herramientas que nos pueden conducir al Camino, pero somos nosotros
quienes voluntariamente debemos escoger, con cuales vamos a trabajar en nuestro
mundo interno para que fructifiquen y se manifiesten en una hermandad verdadera,
sin la cual no hay evolución posible.
yolanda
silva solano |
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