La adoración
nos recuerda a todos que nuestra misión es llegar a ser perfectos como lo es
nuestro Padre, pero “los mortales de Urantia difícilmente
pueden esperar ser perfectos en el sentido infinito, pero es enteramente posible
para los seres humanos que comienzan como lo hacen en este planeta, alcanzar la
meta excelsa y divina que el Dios infinito ha puesto para el hombre mortal. Puede que tal perfección no sea universal en
el sentido material, ni ilimitada en la comprensión intelectual, ni final y
completa en todos los aspectos finitos de la divinidad de voluntad, perfección
de motivación y conciencia de Dios”22, pero podemos ir subiendo los escalones
que algún día nos llevarán hasta
Él.
“El más alto nivel al cual puede llegar una criatura
finita es el reconocimiento del Padre Universal y el conocimiento del
Supremo. Aún entonces, tales seres con
destino de finalidad siguen experimentando cambios en los movimientos del mundo
físico y en sus fenómenos materiales.
Así mismo permanecen conscientes de la programación del yo en su continua ascensión del universo
espiritual y de su deseo sincero de hacer la voluntad del Padre.
conciencia.”1434
Debemos recordar que “la voluntad de Dios puede
cumplirse en cualquier ocupación terrenal. Todas las cosas son sagradas en la vida de los
conducidos por el espíritu” 1732 porque
no es lo que se hace, sino nuestro estado de conciencia y la intención que
tenemos al hacerlo lo que le da significado a nuestras acciones más cotidianas e
insignificantes.
“Cada vez que intentamos escapar al deber que nos impone
la vida diaria, fugándonos hacia remotas tentaciones, nos ponemos al instante en
manos de aquellas influencias que no están regidas por los poderes de la verdad,
ni por la fuerza de la justicia. Escapar
al deber es sacrificar la verdad”1428.
Es fácil caer en la tentación de querer seguir un supuesto camino
espiritual a costa de sacrificar los deberes cotidianos, a veces tras un ideal
espiritual se esconde un escapismo a la propia realidad. Es más fácil ponerse a rezar, que trabajar
con inteligencia y dedicación en la forma como podemos solucionar nuestros
problemas.
“No
seas tan perezoso como para pedir a Dios que solucione tus dificultades, pero no
vaciles jamás en pedirle sabiduría y fuerza espiritual para guiarte y sostenerte
mientras atacas con resolución y valor los problemas que te
enfrentan.”999
yolanda silva solano