Las palabras negativas
"No hablarás contra tu prójimo falso testimonio".
El palo y la piedra pueden demoler nuestro cuerpo,
pero las palabras negativas pueden destruir el alma.
Un tono indebido o una acusación despiadada
por parte de alguien podría afirmar un concepto
errado que tenemos de nosotros mismos.
La palabra hablada es un instrumento muy poderoso,
por eso debemos procurar utilizarla de la misma
manera que Dios utiliza su Palabra en nosotros:
para seguir el proceso de hacernos conformes
a su imagen.
Si las palabras que salen de nuestra boca están
en armonía con nosotros mismos
y son positivas, empezaremos
a ver los beneficios saludables de lo que hemos dicho.
En lugar de un concepto pobre de nosotros,
nos veremos tal como Dios nos ve:
sus hijos amados a quienes quiere bendecir
por su misericordia, bondad y gracia.