No seas tan
perezosos como para pedir a Dios que solucione tus dificultades.
Libro de
Urantia. Pág.999
Para poder
tomar decisiones en forma consciente y que tengan significado para nuestra vida
actual y también para la venidera, es preciso darnos el tiempo para meditar en
lo que realmente queremos y para qué. Debemos partir por darnos cuenta de la
tremenda brecha que hay entre el desear y el QUERER. y entre el pedir y el
querer, hay un abismo, porque pedir es traspasar a otro mortal o a Dios nuestro
deseo y nuestra responsabilidad.”No seas tan perezosos como para pedir a Dios
que solucione tus dificultades, pero no vaciles jamás en pedirle sabiduría y
fuerza espiritual para guiarte y sostenerte mientras atacas con resolución y
valor los problemas que te aquejan.”999
DESEAR es
una ensoñación, que no requiere de ningún esfuerzo, nace de nuestro yo humano y
por lo mismo es voluble y depende de las circunstancias de lo externo. En cambio
“querer”exige voluntad, trabajo personal, pereseverancia y merecimiento. Para
que el querer se transforme en poder, tenemos que involucrarnos con nuestros
pensamientos, sentimientos y acciones. Para querer tiene que haber un Yo
volitivo que guíe nuestro timón y nos lleve a la meta de nuestro querer,
responsablizandónos y asumiendo las consecuencias de nuestro
QUERER.
“La mente
es tu buque, el Espíritu residente es tu piloto, la voluntad humana es el
capitan. El barco mortal, debería tener la sabiduría de confiar en el piloto
divino, para guiar a su alma ascendente a los puertos moronciales de la
supervivencia eterna.”1217
QUERER, es
un desafío que nos permite sentirnos vivos, jóvenes, alegres y audaces sin
importar nuestra edad cronológica, pues no hay nada más rejuvenecedor y
vitalizador que tener siempre adelante una meta tentadora que nos obligue a
exigirnos y llegar así un poco más allá de nuestras habituales y cómodas pautas
de conducta.
yolanda silva
solano