Para el hombre, la existencia equivale al crecimiento.
Libro de Urantia.
Pág.1280
“Toda criatura y todo universo en evolución que aspira a hacer la voluntad
del Padre, está destinado a volverse el socio de los Creadores
espacio-temporales en esta magnífica
aventura de logro experiencial de la perfección. Si esto no fuese verdad, el Padre no habría
dotado a estas criaturas del libre albedrío creativo y tampoco moraría en ellas,
entrando verdaderamente en sociedad con ellas, mediante su propio espíritu”
614.
Hemos sido creados para ser perfectos como el Padre celestial es perfecto,
porque “el hombre mortal, aunque tenga las raíces de su origen y ser, en el
suelo animal de naturaleza humana, por la fe, puede elevar su naturaleza
espiritual al sol de la verdad celestial y dar realmente los nobles frutos del
espíritu” 1738.
Evolución significa cambio, como la oruga que mientras no deja su envoltura
para convertirse en mariposa, no puede alzar el vuelo, el ser humano tampoco
puede alcanzar una evolución espiritual, si no está dispuesto a dejar los
hábitos y conductas que le impiden comunicarse con su Ajustador y poder remontar
los caminos de una religión verdadera, porque ella “no puede ser nunca un asunto
de solo una creencia intelectual o razonamiento filosófico, la religión ( la
evolución ) es siempre y para siempre una forma de reaccionar a las situaciones
de la vida, es una conducta que engloba el pensar, el sentir y el actuar”
1780.
Nuestra razón de ser, es la evolución y el crecimiento espiritual.
Estamos en esta tierra para crecer y multiplicarnos, no sólo en el aspecto
material y humano, sino esencialmente en el plano espiritual, porque “para el
hombre mortal, la existencia equivale al crecimiento. Parecería ser, en un
sentido universal más amplio que la existencia guiada por el espíritu, parece
dar como resultado el crecimiento experiencial o aumento de estado.”1280
Jesús nos recomienda, que no seamos místicos
pasivos, ni ascetas insulsos”1726 porque la evolución no se alcanza con rezos,
ni con conocimientos intelectuales, sino con acciones pensadas en forma
consciente, sentimientos nacidos del fuego del corazón y de un actuar decidido y
constante.
yolanda silva solano
yosis282@gmail.com