Son vuestros pensamientos los que
os conducen hacia Dios.
Libro de Urantia.
Pág.1105
El aforismo griego
empleado por Sócrates: “Conócete a ti mismo! sigue manteniendo toda su vigencia,
si queremos evolucionar. Pero no se trata de conocerse a uno mismo, dentro del ámbito psicológico, que equivale a echar
una mirada a todo lo que ya nos ha conformado: familia, cultura,
acontecimientos, traumas, amistades, etc… Sabemos que el pasado ya no nos
pertenece, por eso nuestra mirada debe centrarse en el presente y analizar lo
que hacemos, decimos y sentimos, porque al conocer nuestro comportamiento,
podemos modificarlo y dirigirlo de manera que sirva a nuestra evolución
espiritual y a nuestra inteligencia
emocional.
Para ello lo primero, es estar atentos a
nuestros pensamientos, porque nuestra mente es donde nacen nuestras emociones,
que algunas veces se convierten en sentimientos, hay una gran diferencia entre
uno y otro. Las emociones
son
reacciones que escapan a nuestro control y que tienen que ver con nuestro
cerebro y nuestro organismo. Un mal rato, un acontecimiento negativo, afectará
la presión alterial y a nuestro colón, hasta que no nos demos cuenta de lo que
nos pasa y en forma volitiva y consciente tratemos de encauzar la
emoción.
Es entonces cuando debemos recordar que en nuestro camino
evolutivo, no estamos solos, por eso “debéis rogar al Padre, para que transforme vuestras emociones de mente y
cuerpo en las más elevadas lealtades de la mente y más satisfactorias
experiencias del espíritu.”1730
En los
pensamientos positivos “se encuentra reposo para la mente, fuerza para el alma y
comunión para el espíritu. Desde tales puntos ventajosos de vida elevada, el
hombre es capaz de trascender las irritaciones materiales de los niveles más
bajos del pensamiento: la preocupación, los celos, la envidia, la venganza, y el
orgullo de la personalidad inmadura. Estas almas elevadas se liberan a sí
mismas, de una multitud de conflictos entrecruzados de las cosas triviales del
vivir, y así son libres de alcanzar conciencia de las corrientes más altas del
concepto espiritual,“1778 y de una buena comunicación con los
semejantes.
Debemos
cuidar que nuestros pensamientos estén limpios, libres de cualquier emoción
negativa, pues “el espíritu divino hace contacto con el hombre, no mediante
sentimientos o emociones, sino en el dominio del pensamiento más elevado y
espiritualizado. Son vuestros pensamientos los que os conducen hacia
Dios”1105
yolanda
silva solano