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¿Por qué debe venir otra vez?...(II)
La estrella de cinco puntas es el emblema del hombre con los
miembros separados y los brazos extendidos, una punta está hacia arriba
representando la cabeza, que es la puerta natural del espíritu. Por allí
ingresará su futuro cuerpo alrededor de dieciocho días después de la
concepción, en consecuencia, es de donde sale cuando el cuerpo duerme,
y vuelve a entrar por esa misma puerta en la mañana. Para los ayudantes
invisibles ésta es también la salida y la entrada. Finalmente, cuando viene
la muerte, el espíritu se retira por la cabeza.
Por esta razón la estrella de cinco puntas con una punta hacia arriba,
representada en el emblema de la Fraternidad Rosacruz es el símbolo de
la magia blanca, que trabaja por medios naturales en armonía con la Ley
de la Evolución.
El estudiante de una escuela de misterios aprende a canalizar la
fuerza creativa hacia arriba, hacia el cerebro y transmutarla en energía del
alma con una vida de castidad y auto sacrificio. Esta energía del alma la
utiliza para proyectarse en las esferas más altas por la cabeza
. El mago
negro, incapaz de autosacrificio obtiene la energía necesaria por el uso
pervertido de la fuerza vital de sus víctimas, que proyecta hacia abajo por
los pies
, | y que debe volver a reingresar de la misma manera. Así el cordón
plateado se prolonga hacia el órgano más bajo. Por lo tanto la estrella de
cinco puntas con los dos cuernos que señalan hacia arriba y uno hacia
abajo es el símbolo de la magia negra. Era fácil para Lucifer entrar al
estudio de Fausto pues los dos cuernos de la estrella apuntaban hacia la
entrada, pero cuando él quiso irse y fue enfrentado con el un punto del
símbolo, su alma negra fue rechazada por el emblema de la pureza y del
amor.
Por supuesto que no hay un prueba legal de que Cristo haya entrado
en la Tierra y que allí esté confinado parcialmente como lo estamos
nosotros en nuestros cuerpos densos, pero hay un montón de evidencia
mística, y por la Ley de la Analogía también se sabe claramente que Cristo
pasa sus días y años en parte dentro y en parte fuera de la Tierra.
Cáncer, regido por la Luna, es el signo que rige la concepción. Los
egipcios lo representaron como un escarabajo, y el escarabajo era el
símbolo del alma. Cuando
la Luz del Mundo, el Sol, entra a Cáncer en
junio, la energía creativa del pasado ciclo que dio vida a la Tierra ya ha
pasado, y para renovar esta vida, que disminuiría de otra manera, el Sol
de
be descender otra vez. En el caída del equinoccio en Libra, las escalas
se inclinan y la fuerza germinativa entra en nuestra Tierra, llegando a su
pico máximo en Navidad cuando el Sol está en su punto más bajo de la
declinación, el solsticio de invierno. Por lo tanto la fuerza germinativa, el
Rayo de Cristo, irradia para fructificar la materia y alcanza la periferia de la
Tierra en el momento en que el Sol cruza el ecuador celeste en el
equinoccio invernal en Aries. Entonces el Salvador, el Cordero del Dios,
muere para el mundo, pero renace en las más altas esferas.
Así como nosotros estamos confinados en nuestros cuerpos densos
desde la mañana hasta la noche durante la actividad del día, así también el
Cristo está confinado en la tierra a partir de la caída del equinoccio invernal
que es el período en el que las actividades físicas merman, pero los
esfuerzos espirituales acarrean mejores resultados. Y así como salimos de
nuestros cuerpos en la noche y entramos en los mundos invisibles (del
espíritu) para recuperarnos de las condiciones paralizantes de la existencia
física, así también el Cristo es lanzado temporariamente de la Tierra en
cruz (
ificción) cuando vemos al sol “pasar” por el ecuador celeste hasta
elevarse a los altos cielos. En consecuencia éste es el tiempo cuando
sentimos que decae nuestro impulso espiritual y dedicamos nuestra
energía a las actividades físicas de labranza y hacer crecer dos parcelas
de hierba donde creció solamente una.
De acuerdo con la visión común de lo material, Cristo culminó Su
sacrificio en el Gólgota, mas de hecho, este era solamente el principio. Él
todavía "está gimiendo y esperando la manifestación de los hijos del Dios",
que somos nosotros mismos. Cuando un número suficiente haya
experimentado el nacimiento del Cristo en su interior de modo que puedan
llevar la carga de su hermano y dar la vida como Cristo, quien ahora está
dando la Suya, entonces sonará la hora de la liberación y Cristo podrá
volver permanentemente al Sol. Pero como él entró en la periferia de la
tierra cuando vino el éter, según la ley que se acaba de explicar, Él debe
regresar a la superficie de la Tierra, y ésto en sí mismo constituye el
Segundo Advenimiento.
No hay advertencia en la Biblia más enfática que la dada por Cristo a
los demandantes del cristianismo. Él declaró que algunos obrarían signos y
maravillas que engañarían a los mismos elegidos, y no podemos hacer
mejor que traer Sus palabras a la mente relacionadas con nuestra última
pregunta.
¿Cómo reconoceremos a Cristo en Su venida?
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