El que quiere tener amigos, debe mostrarse amistoso.

Libro de Urantia. Pág.1439

 

La amistad es un tesoro muy valorado, como lo dice la Biblia, no tiene precio.  Para mí es un amor depurado, porque la verdadera amistad carece de celos, posesión y egoísmo.  Tampoco se cifra en la igualdad de gustos o preferencias, ni en estatus económico.  El cimiento de la amistad es la compresión y la empatía, porque no exige cambios sino que al contrario, se pone en los zapatos de la otra persona. En la amistad se pueden tener tanto puntos de acuerdo como de divergencia, sin que eso afecte la amistad.

Cuando Ganid, asombrado al ver como la gente que encontraban por casualidad se sentían atraída por Jesús, le preguntó como podía él también tener amigos y el Maestro le contestó: «Interésate por tus semejantes; aprende a amarlos y aguarda la oportunidad de hacer algo por ellos, algo que estás seguro de que ellos lo quieren» y luego citó el antiguo proverbio judío: «Un hombre que quiere tener amigos debe mostrarse amistoso».1439

Interesarnos por los amigos, estar con ellos en las buenas y en las malas, saber escuchar tanto sus penas como sus alegrías, poniendo no sólo nuestros oídos, sino escuchar con el corazón y acompañar con nuestra presencia física y emocional todas las veces que sea necesario, porque se quiere al amigo por lo que es, con sus virtudes y defectos.

Jesús nos enseña como ser amigo, en las bodas de Canaan demostró su amistad, no quería que los anfitriones sufrieran el apuro de no tener vino.  Lloró junto a la tumba de Lázaro y consoló a Marta y a María, el vibraba con su dolor. “Difundía buen ánimo dondequiera que fuese. Sus asociados nunca dejaron de sorprenderse de las palabras compasivas que salían de sus labios, porque el donaire es el aroma de la amistad que emana de un alma saturada por el amor. Jesús podía ayudar tanto a los hombres porque los amaba muy sinceramente. Verdaderamente amaba a todo hombre, a toda mujer y a todo niño. Podía ser un amigo tan leal debido a su notable discernimiento, sabía plenamente lo que había en el corazón y en la mente del hombre. Era un observador interesado y agudo. Era experto en la comprensión de la necesidad humana y sagaz en detectar los anhelos humanos.”1874

La amistad, requiere de observación, porque muchas veces, los silencios prolongados, son una llamada silente de ayuda...no esperemos que nos llamen para decirnos lo que les pasa...hagámoslo nosotros y no nos cansemos nunca de amar y recordar que el amor es “el deseo de hacer el bien a los demás.”648

yolanda silva solano yosis282@gmail.com