Para ser
un gran hombre, no se necesita tener dinero, ni poder, porque ante Dios todos
tienen las mismas posiblidades pues “la religión inspira al hombre a vivir
valerosa y alegremente sobre la tierra, combina la paciencia con la pasión y la
compenetración con la dedicación, la simpatía con el poder y los ideales con la
energía”1093
La fortuna
no es sinónimo de la felicidad, pues según el cuento de Tosltoi “el hombre feliz
no tenía camisa.” No se trata de hacer una oda a la pobreza y al sacrificio
como lo hizo por siglos la iglesia, sino reconocer que sin importar la situación
económica, se puede ser un Hombre a carta cabal, porque “el alma en evolución se
vuelve divina, no por lo que haga, sino por lo que trata de
hacer.”557
Si Dios “sólo se puede
realizar, en los dominios de la experiencia humana” 24 con cuánta mayor razón los hombres nos necesitamos
unos a otros. La evolución espiritual de Urantia, necesita tanto del capital de
los ricos, como de los servicios de la clase media y de los menos adinerados,
porque cada quién está colaborando con el Todo, sin importar lo que haga, porque
“todas las cosas son sagradas en la vida de los que están conducidos por el
espíritu.”1732
La igualdad es el peor de
los mitos, no existe ni en la naturaleza, ni en el hombre, ni en el universo.
Lo maravilloso es que siendo tan diferentes unos de otros, los seres humanos
formamos un sólo cuerpo místico, porque Dios no ama a todos por igual, no tiene
favoritos, porque “aunque los seres humanos difieren de muchas maneras, ante
Dios y el mundo material, todos están en igualdad de
condiciones.”1468
“El hombre
feliz, según Goethe es aquel que siendo rey o campesino, encuentra paz en su
hogar” y en lo profundo de su corazón, porque “no es tan importante conocer a
Dios, como crecer cada vez más en la habilidad de “sentir” la presencia de
Dios”1733 en medio de la vida cotidiana.