La hipocresía de la humildad autoconsciente y ostentosa, es
infantil e indigna de los hijos esclarecidos del reino.
Libro de Urantia. Pág.1678
La humildad no sólo es escasa en los seres humanos, sino
que también es difícil el definirla en su verdadera dimensión, el diccionario
nos entrega varios sinónimos: sencillez, llaneza, modestia, recato, sumisión, docilidad, acatamiento, pobreza. Pero
desde el punto de vista espiritual, personalmente no concuerdo con ninguno,
sobre todo con los cuatro últimos porque reflejan un sometimiento que no es
propio de un hijo de Dios.
La humildad en verdad corresponde al
hombre que tiene conciencia, que las virtudes que pueda tener son dones del
Padre y de un trabajo personal y permanente para tener una percepsión adecuada
de lo que posee y también de lo que carece, reconocer lo que no se sabe o no se
tiene, es humildad.
En cambio “las prácticas vacías y
necias de una humildad ostentosa y falsa, son incompatibles con a apreciación de
la fuente de vuestra salvación y con el reconocimiento del destino de vuestras
almas nacidas del espíritu. La humildad ante Dios por cierto, corresponde en la
profundidad de vuestro corazón; la mansedumbre ante los hombres es loable; pero
la hipocresía de la humildad autoconsciente y ostentosa es infantil e indigna de
los hijos esclarecidos del reino.”1678
Transformar la oración o la adoración, en un conjunto
de adjetivos de admiración hacia Dios, no es humildad, es un servilismo que él
no desea. “En el reino del cielo, no hay
reyes altos y poderosos; este reino es una familia divina. El centro y jefe
universalmente reconocido y adorado sin reservas, de esta vasta hermandad de
seres inteligentes es mi Padre y vuestro Padre. Yo soy su Hijo, y vosotros
también sois sus hijos. Por consiguiente es eternamente verdadero que vosotros y
yo somos hermanos en el estado celestial y de carne en la vida terrenal. Dejad
pues de temer a Dios como a un rey o de servirle como a un amo; aprended a
honrarle como Creador; y a amarlo como al Padre amante.”1676
“Hacéis bien en ser mansos ante Dios y
en controlaros ante los hombres, pero haced que vuestra mansedumbre sea de
origen espiritual y no la exteriorización autoengañosa de un sentido
autoconsciente de superioridad presuntuosa. Caminad humildemente con Dios'
porque, aunque el Padre en el cielo es Infinito y Eterno, él también habita en
aquel que tiene mente contrita y espíritu humilde. Mi Padre desprecia el
orgullo, detesta la hipocresía, y aborrece la iniquidad. Es precisamente para
acentuar el valor de la sinceridad y confianza perfectas en el apoyo amante y la
guía fiel de nuestro Padre celestial, por lo que yo tan frecuentemente uso el
ejemplo de un niño, para ilustrar la actitud mental y la respuesta espiritual,
que son tan esenciales para entrar en las realidades espirituales del
Reino.”1676
Como corolario de lo dicho esta semana sobre la
humildad, tengamos la sencillez y simpleza de un niño, porque él no conoce el
orgullo, ni la soberbia, porque “si no
tenéis rectitud adentro, es inútil que oréis por lo que ha quedado
afuera”1452
Trabajemos en nosotros mismos, para no ser
orgullosamente humildes...