Doy gracias por mis bendiciones con un corazón agradecido.
Cuando tomo una foto, miro a través del lente, encuentro el ángulo y la luz correctas y aprieto el botón. A veces, puede que necesite ajustar el lente para encontrar el enfoque correcto. Puedo cambiar el enfoque de un objeto, tal como una flor, a un punto más amplio, como un campo lleno de flores. Ningún enfoque es correcto ni incorrecto; simplemente son diferentes y únicos.
Así como cambio el enfoque de mi foto, puedo fijar mi atención en otros pensamientos. Puedo contemplar las cosas positivas en vez de las negativas. Puedo pensar en Dios y en Sus bendiciones en mi vida. Al ajustar el lente de mis pensamientos para enfocarlo en el bien, creo una foto hermosa, llena de gozo, paz y abundancia.
Abre túneles en los peñascos y descubre toda clase de tesoros.—Job 28:10
La bondad de Dios fluye hacia mí —sólo necesito estar dispuesto a recibirla. “La gracia es la bondad de Dios dada a ti en mayor proporción que lo que das de ti mismo a Dios”. Estas palabras alentadoras de La Búsqueda, por Richard y Mary-Alice Jafolla, me recuerdan que la gracia divina me bendice abundantemente.
La gracia no es algo que me tengo que ganar, ni me la pueden quitar si cometo un error. Mi deseo de vincularme conscientemente con el Espíritu divino abre el camino para que yo experimente más del bien de Dios en cada aspecto de mi vida. Reconozco la gracia en mis actividades diarias como guía, ideas, fortaleza, consuelo y protección.
Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y tuvo compasión de él. Corrió entonces, se echó sobre su cuello, y lo besó.—Lucas 15:20