“La
conciencia espiritual del hombre civlizado, no se preocupa tanto por una
creencia intelectual específica o por un modo particular de vida, como por
descubrir la verdad del vivir, la técnica buena y justa de reaccionar a las
situaciones recurrentes de la existencia mortal.”1115
“Descubrir la verdad del vivir” ¡si HOY nos propusiéramos sólo
ésto, que diferente sería nuestra vida.! Porque debemos reconocer que muchas
veces hay más apuro por sobrevivir que por Vivir. Desgraciadamente en este momento, la humanidad ha caído
en el simple impulso de vivir y ha trastocado los valores, el consumismo obliga
a trabajar muchísimo para poder consumir todo lo que se nos ofrece, y como esta
fiebre es devoradora se termina agotado y casi no queda tiempo para la
comunicación con nuestros seres queridos, originando así el vacío interior que
produce la incomunicación dentro de la familia y de donde se derivan casi todas
las lacras sociales como el alcoholismo y la droga, porque ellas pretenden ser
el sustituto a la soledad y a la falta de cariño. La gran mayoría de los padres, nos hemos
convertido en buenos proveedores, pero a la vez, en muy malos compañeros de
nuestros hijos. La peor de las soledades
es la que se vive acompañada, la que se crea con la
incomunicación.
La Red es el mejor medio para comunicarnos
con los extraños o con los que están lejos, pero también es el peor de los
obstáculos, para comunicarnos con los cercanos, porque el wasap lo invade
todo... y lo habitual es no tener tiempo para conversar ni menos interesarnos en
los problemas o las alegrías de nuestros familiares y no hay la más mínima
conciencia del daño que puede probocarse.
La sociedad puede estar muy avanzada
tecnológicamente pero adolece de una tremenda inmadurez emocional y
psicológica. No sólo se busca la comida
rápida, sino que todo es sin gran trascendencia, se vive tan a prisa que no hay
tiempo para detenerse ante un sonrojado atardecer...ni siquiera hay tiempo para ver el
por qué del llanto de un niño, lo calmamos dándole algo que lo entretenga, sin
pensar que tal vez sólo llora para ser tomado en cuenta, para hacer sentir su
presencia, muchas veces el niño prefiere ser castigado a ser ignorado y lo mismo
le ocurre al muchacho adolescente, está desorientado porque no tiene cerca a
nadie que lo guíe, en el descubrimiento de ese mundo desconocido y muchas veces
cruel, con el cual debe enfrentarse a diario
y son esos niños y esos adolescentes los forjadores del mundo del mañana
¿ de que mañana estamos hablando ?
Nuestra
espiritualidad debe verse reflejada en nuestras actitudes diarias con los
semejantes, porque “el amor es la esencia de la religión y la fuente de una
civilización superior.”1124
yolanda
silva solanoyosis282@gmail.com