El destino evolutivo del hombre, está en sus propias manos
y la inteligencia científica, tiene que reemplazar el funcionamiento aleatorio
de la selección natural incontrolada y la supervivencia casual
Libro de
Urantia. Pág.734
A
los hombres, se nos permite ser cocreadores de la aventura cósmica, ya que
tenemos la promesa que “si en alguna ocasión nos unimos a los Portadores de
Vida, tendremos oportunidades de sobra, para ofrecer sugerencias y para efectuar
mejoramientos posibles, en los planes y técnicas de la administración y
trasplantación de la vida” 734
El hombre puede corregir la materia,
pero sólo Dios nos puede otorgar el espíritu e integrarnos a la familia cósmica
evolutiva, de la cual conocemos tan extremadamente poco. Hace sólo unas cuantas
décadas, jamás hubiésemos imaginado que el transplante de órganos iba a ser algo
absolutamente corriente dentro de los planes de la cirugía para mejorar y
alargar la vida humana, tal vez dentro de poco, la investigación de las células
madres, también cumpla un papel aún más preponderante en los avances de la
ciencia, de lo que es hoy.
Pero,“una filosofía mecanicista de la vida y del
universo, no puede ser científica, porque la ciencia tan sólo reconoce y trata
la materia y los hechos. El hombre es un hecho material de la naturaleza, pero
su vida, es un fenómeno que trasciende los niveles materiales de la naturaleza,
porque exhibe los atributos de control de la mente y las cualidades creadoras
del espíritu.” 2079
La unidad
entre mente y espíritu, es esencial para el buen funcionamiento no sólo del ser
humano como individualidad, sino para que el universo se mueva en forma
armónica, porque “todo impulso, todo electrón, pensamiento o espíritu es una
unidad actuante en el universo entero. Todo discernimiento de las relaciones de
las partes de cualquier totalidad, requiere una comprensión de la relación de
las partes, con ese todo y en el universo, esto significa la relación de las
partes creadas, por un Todo Creativo.” 647
yolanda silva solanoyosis282@gmail.com