Un
estado mental llega a los niveles de fe, tan sólo cuando domina efectivamente la
manera de vivir.
Libro de
Urantia. Pág.1114
Para tener
discernimiento espiritual, primero hay que tener fe, pero no solamente una
creencia adquirida de pequeños, porque “la creencia llega a nivel de fe, sólo
cuando motiva la vida y da forma a la manera de vivir. La aceptación de una enseñanza como verdadera no es fe;
es solamente creencia; tampoco lo es la certidumbre ni la convicción. Un estado
mental llega a los niveles de fe, tan sólo cuando domina efectivamente la manera
de vivir. La fe es un atributo vivo de la experiencia religiosa personal
genuina.”1114
Es importante detenernos en este párrafo, porque en él
en forma imperativa nos dice que si nuestra fe, no está presente en la manera de
vivir, si ella no es capaz de cambiar nuestras conductas erradas, más que fe es
algo muerto, porque “la cristalización intelectual de los conceptos, invalidan
el verdadero conocimiento y nos impiden llegar a la
sabiduría.”1471
“ La verdad está viva; el espíritu de la verdad por
siempre conduce a los hijos de la luz a nuevos dominios de realidad espiritual y
servicio divino. No se os da la verdad para que la cristalicéis en formas
establecidas, seguras y honradas. Vuestra revelación de la verdad tanto se ha de
enaltecer al pasar por vuestra experiencia personal que se descubrirá nueva
belleza y nuevos frutos espirituales ante todos los que contemplan vuestros
frutos espirituales y por ello son conducidos a glorificar al Padre que está en
el cielo.”1917
Quien alcaza estos niveles de despertar de la conciencia,
puede empezar recién, a tener contacto directo con la sabiduría, porque "ella es
divina y certera sólo cuando es cósmica en su alcance y espiritual en su
motivación. 614 La sabiduría es de doble
origen, pues deriva de la perfección del discernimiento divino intrínseco en
seres perfectos y de la experiencia personal adquirida en las criaturas
evolutivas 216
Cuando la fe es algo vivo y la razón la convierte en
experiencia personal, entonces hay discernimiento
espiritual.