El universo
y Dios no son idénticos; uno es la Causa, el otro el Efecto.
Libro de
Urantia. Pág.126
El Universo y todo lo que nos rodea está compuesto de energía,
de partículas elementales que componen los átomos y que están en constante
movimiento, “experimenta cambios por doquier. Un
universo cambiante es un universo dependiente; tal creación no puede ser final
ni absoluta. Un universo finito es totalmente dependiente del Último y del
Absoluto. El universo y Dios no son idénticos; uno es la causa, el otro el
efecto. La causa es absoluta, infinita, eterna e invariable; el efecto,
espacio-temporal y trascendental pero constantemente cambiante, siempre en
crecimiento.”1126
Sólo la inmadurez del hombre pretende que la igualdad y
estatismo gobiernen al mundo, porque “en el estado mortal nada puede se probado
en forma absoluta, tanto la ciencia como la religión se basan en
suposiciones.”1139 Por eso es un error el aferrarnos a lo que creemos hoy,
porque nos estamos autolimitando a una mayor comprensión el día de mañana, si
consideráramos nuestras verdades como momentáneas, habría menos fanatismo y
mayor apertura porque son muchas las cosas que a nivel espiritual y material nos
quedan por descubrir.
Recordemos lo que Jesús le dijo a Natanael. “nada de lo
que toque la naturaleza humana puede ser considerado infalible. Indudablemente
podrá brillar la verdad divina a través de la mente humana, pero siempre con
pureza relativa y divinidad parcial. La infalibilidad puede ser anhelo de la
criatura, pero sólo los Creadores la poseen.”1768
Aprendamos de la humildad del mensajero Solitario de
Orvotón cuando nos confiesa:”Conocemos muchos fenómenos espirituales en el vasto
universo que no podemos comprender plenamente. Aún no dominamos completamente
todo lo que ocurre alrededor nuestro; y de esta obra inescrutable.”1191 Pero,
“vosotros no debéis desalentaros; no todas las cosas resultan completamente
claras, ni aun para las altas personalidades que pertenecen a mi grupo de seres
del Paraíso. Recordad siempre que estas profundas verdades relacionadas con la
Deidad se esclarecerán cada vez más, a medida que vuestra mente se espiritualice
progresivamente durante las épocas sucesivas del largo ascenso mortal al
Paraíso.”32
Por eso nuestras limitaciones finitas, no deben
fustrarnos, por el contrario, porque “la curiosidad, el espíritu de
investigación, el instinto de descubrimiento, el impulso a la exploración, es
parte de la dote innata y divina de las criaturas evolutivas del espacio. Estos
impulsos naturales no te fueron dados solamente para que tengas que frustrarlos
y reprimirlos. Ciertamente, estos impulsos ambiciosos con frecuencia deben ser
frenados durante tu corta vida en la tierra, a menudo la desilusión debe ser
experimentada, pero han de ser plenamente realizados y gloriosamente
gratificados durante las largas edades por venir.”160