Cristo
Miguel no se volvió paulatinamente Dios, ni Dios se volvió hombre en algún
momento de la vida terrestre de Jesús. El fue Dios y hombre, siempre y para
siempre.
Libro de
Urantia, Pág. 1331
Hoy en día que en la Red hay tantos cristos, canalizadores y
profetas que pretenden igualarse a Jesús, es bueno meditar en la cita de hoy y
valorar en todo lo que vale el autootorgamiento de Miguel, porque siendo Dios,
también quiso ser humano, con todo lo que ésto significa, para que nosotros
pudiésemos buscar a Dios en nosotros y por nosotros mismos, porque al igual que
“Dios mora en la mente de los hombres, su divina presencia también mora en la
mente de los hombres”139 porque “el amor del Padre está entre nosotros ahora y a
través del círculo sin fin de las edades eternas.”40
Pero para que esto fuese posible, había que
cambiar el concepto que la humanidad tenía de Dios. Jesús vino a traernos un
mensaje preciso y contundente que echó por tierra la visión de ese Dios
iracundo, castigador y selectivo, por la imagen de un Padre amante que envía a
su Hijo para enseñarnos como llegar a El en forma personal, porque "la verdadera
religión es discernimiento interior de la realidad, es la fe de la conciencia
moral y no un simple consentimiento intelectual en un cuerpo de doctrinas
dogmáticas.”1107 “El amor del Padre, actúa
directamente en el corazón de cada individuo, independientemente de las acciones
o reacciones de todos los demás individuos. La relación es personal entre el
hombre y Dios.”1305
"En el lugar de la obediencia negativa a los
requisitos ceremoniales, Jesús impuso una actuación positiva en pos de lo que su
nueva religión exigía a los que la aceptaban. La religión de Jesús consistió no
solamente en creer, sino en hacer lo que el evangelio requiere 1769
porque "la religión es válida sólo cuando revela la paternidad de Dios e
intensifica la hermandad entre los hombres.”1572
La hermandad es mucho más que
una palabra bonita, ella implica amar al que está frente a nosotros como un hijo
de Dios igual a nosotros, pero “ no puedes realmente amar a tus semejantes por
un simple acto de tu voluntad. El amor tan sólo nace de la comprensión completa
de las motivaciones y sentimientos de tus semejantes. No es tan importante amar
a todos los hombres hoy, como lo es que cada día aprendes a amar aún a uno más
entre los seres humanos. Si cada día o cada semana consigues comprender a uno
más de entre tus semejantes, y si éste es el límite de tu habilidad, estás
entonces ciertamente socializando y verdaderamente espiritualizando tu
personalidad. El amor es contagioso, y cuando la devoción humana es inteligente
y sabia, el amor es más contagioso que el odio. Pero tan sólo el amor genuino y
altruista es verdaderamente contagioso. Si cada mortal pudiese volverse tan sólo
el objeto de un afecto dinámico, este virus benigno del amor llenaría muy pronto
la corriente sentimental de emoción de la humanidad hasta tal punto que toda
civilización estaría comprendida por el amor y ésa sería la realización de la
hermandad del hombre.”1098
Vale la pena que meditemos en este párrafo,
porque él encierra el cómo traer la tan ansiada paz al
mundo...