Muchas de las penas del
hombre nacen de la desilusión de sus ambiciones desmedidas y de las heridas de
su orgullo.
Libro de Urantia. Pág.1664
Debemos examinar la
causa de nuestro sufrimiento, porque aun cuando parezca mentira, muchos de
nuestros sufrimientos son creados sólo por nuestra imaginación que se proyecta a
un pasado irremediable o a un futuro desconocido. Otro motivo de sufrimiento autoinferido es el
apego desmedido hacia las personas o a las cosas materiales. “Muchas de las
penas del hombre nacen de la desilusión de sus ambiciones desmedidas y de las
heridas de su orgullo.” 1664 Por eso Jesús
aconsejaba a sus apostóles cuando se tomaban a sí mismos o tomaban un
acontecimiento relacionado con ellos, que no se tomaran demasiado en
serio.”1747
“ Aunque los hombres tienen
el deber para consigo mismos de hacer lo mejor que puedan con sus vidas en la
tierra, habiendo hecho este
sincero esfuerzo deberían aceptar su destino con alegría y aplicar su ingenio a
sacar el mayor provecho de lo que les tocó en
suerte”1664.
El detenernos a
conocer la raíz de nuestros sufrimientos y querer aprovecharlos y superarlos es
un gran paso, un verdadero logro espiritual y emocional, porque aun cuando
parezca paradojal, uno puede estar sufriendo intensamente y estar a la vez,
profundamente sereno porque al encauzar y sublimar el sufrimiento, encontramos
la verdadera paz, la que sólo se encuentra cuando unimos muestra voluntad a la
voluntad de Dios.
Esa serenidad no
depende del entorno, sino que emana de nuestra unión con el Ajustador de
Pensamiento, lo cual nos permite darnos cuenta de cuan bella puede ser la vida
cuando sabemos aprovecharla en forma positiva en vez de desperdiciarla en quejas
inútiles y sufrimientos estériles. La
vida es una maestra sabia que nos enseña que los sufrimientos deben ser aves de
paso y que de nosotros depende que no les permitamos que se aniden en nuestro
corazón.
Cuando hemos aceptado las pruebas y los
sufrimientos como un aprendizaje de la vida,
llega no sólo la paz del espíritu sino también la verdadera felicidad
porque trascendemos las nubes negras de la noche, en espera del nuevo
amanecer porque tenemos la certeza que “Con Dios todo es
posible”.
yolanda silva solano yosis282@gmail.com