El Espíritu residente en nosotros, no tiene mecanismos
especiales para obtener la expresión de las emociones espirituales. Estas
experiencias se vuelven posibles mediante el mecanismo natural de la mente
mortal”
LLibro de Urantia. Pág.1104
La cita de hoy, una vez más nos recuerda que no es
posible adquirir nada espiritual si no es a través de la materia, pues "la fe
salvadora nace en el corazón humano cuando la conciencia moral del hombre,
comprende que los valores humanos pueden ser transformados en experiencia
mortal, de lo material a lo espiritual, de lo humano a lo divino, del tiempo a
la eternidad. 1118" porque "el hombre crece conscientemente desde lo material a
lo espiritual, por la fuerza, poder y persistencia de sus propias
decisiones.1282" pues aún "“cuando la mente no es de evolución física, depende
por completo de la capacidad cerebral, siendo conferida ésta, por el desarrollo
puramente físico y evolutivo” 670
Si nos hiciéramos más conscientes del poder
de nuestra mente, estaríamos más motivados a cuidar de ella y de la misma forma
que nos preocupamos de alimentar sanamente nuestro cuerpo físico, nos
preocuparíamos de no envenenar nuestra mente con pensamientos negativos, ya que
la salud y la enfermedad, tienen su raíz en la mente
y los pensamientos negativos se expresan a través de un cuerpo enfermo. La gente
que vive con temor a las enfermedades, es la gente que más las contrae.
La ansiedad
rápidamente debilita el cuerpo, haciendo bajar sus defensas, dejándolo expuesto a la enfermedad. Los
pensamientos negativos, aunque no tengan un origen físico, pronto destruirán el
sistema nervioso e impedirán que en nosotros se manifieste el espíritu divino
que en nosotros reside porque:“El Espíritu hace contacto con el hombre, no
mediante sentimientos o emociones, sino en el dominio del pensamiento más
elevado y más espiritualizado. Son vuestros pensamientos los que os conducen a
Dios. Se puede percibir la naturaleza divina tan sólo con los ojos de la mente”
1105
Pensamientos energéticos, de pureza y dicha producen en
el cuerpo vigor y salud. El cuerpo es un instrumento muy delicado y moldeable,
que responde rápidamente a los pensamientos que lo dominan, y más temprano que
tarde, los hábitos de pensamiento producirán sus efectos sobre él, sean estos
buenos o malos. Es a través de nuestros pensamientos que vamos tejiendo el telar
de nuestro destino, porque los pensamientos son la fuente de toda acción y de
todas las manifestaciones de nuestra vida.