No cometáis el error de combatir el mal con sus
propias armas.
Libro de Urantia.
Pág.1580
«Yo os digo: amad a
vuestros enemigos, haced bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen
y orad por los que os ultrajan. Y todo lo que vosotros creáis que haría yo para
los hombres, hacedlo vosotros. Se os ha encomendado para salvar a los hombres,
no para juzgarlos. Al fin de vuestra vida terrestre, todos vosotros esperaréis
misericordia; por ello, os pido que durante vuestra vida mortal mostréis
misericordia hacia todos vuestros hermanos en la carne. No cometáis el error de
quitar la mota del ojo de vuestro hermano cuando hay una viga en el vuestro.
Quitad primero la viga de vuestro ojo y así podréis ver mejor para quitar la
mota del ojo de vuestro hermano.”1571
“Jesús no apoyaba una
práctica de sumisión negativa a las indignidades de los que pudieran buscar a
sabiendas, aprovecharse de los que practican la no resistencia contra el mal,
sino más bien pedía que sus seguidores fueran sabios y estuvieran alertas para
reaccionar rápida y positivamente, con el bien frente al mal, con el fin de
conquistar el mal con el bien. No olvidéis que el bien
verdadero, es invariablemente más poderoso que el mal más
maligno”.1770.
Cuando un
enemigo te abofetea, no reacciones pasiva y tontamente, o sea haz lo mejor que
puedas por alejar activamente a tu hermano errado, de los caminos del mal y
trata de conducirlo hacia los caminos de una vida recta. Jesús exigía que sus
seguidores reaccionaran positiva y enérgicamente en toda situación de la
vida. El acto de
volver la mejilla, o lo que esa acción pudiera significar, exige iniciativa,
requiere una expresión vigorosa, activa y valiente de la personalidad del
creyente. Jesús aborrecía la idea de la venganza, así mismo la idea de
convertirse en un sufriente pasivo o una víctima de la
injusticia”1770.
Jesús resumió sus enseñanzas diciendo: “amad a vuestros
enemigos, recordad las exigencias morales de la hermandad humana. La futilidad del mal, el
agravio, no se corrige con la venganza. No cometáis el error de
combatir el mal con sus propias armas. Tened fe y confianza en
el triunfo final de la justicia divina y de la bondad eterna” 1580
Esforcémonos en mantener limpio nuestro corazón no
sólo del odio y del rencor, sino también del desamor y la indiferencia, “dedica
tu vida a demostrar que el amor es lo más grande del
mundo.”2047