Hay un negativo potencial que conduce al camino
positivo de luz y vida.
Libro de Urantia. Pág1429.
Al terminar un Año, es
bueno hacer un recuento de lo que nos ha tocado vivir, porque al hacerlo podemos
dar gracias al Padre por lo mucho que hemos recibido, a veces nos acordamos de
Dios para pedir sus favores más que para agradecer los muchos dones que a diario
Él nos da.
También es
conveniente tomar conciencia de aquellas cosas aparentemente malas, porque aun
cuando puedan habernos hecho sufrir, ellas no fueron un castigo ni una
injusticia, sino una oportunidad para que nuestro espíritu creciera y se
fortaleciera porque “ los mortales tan sólo aprendemos la sabiduría a través de
la experiencia de las tribulaciones”1663.
“El mal no siempre es negativo.
Hay un negativo potencial que conduce al camino positivo de luz y
vida”1429.
Cuando las pruebas
y el sufrimiento dejan de verse como un castigo, toman otra dimensión y otras
son sus consecuencias porque nos damos cuenta que son una oportunidad que el
Padre nos está dando para crecer en amor y sabiduría. Los sufrimientos son el
crisol donde nuestra alma se purifica y se templa, son el barómetro con el cual
podemos medir nuestro avance espiritual.
Cuando sufrimos, es el momento de unirnos a la agonía de Jesús en el
Huerto de Getsemaní y decir como El: Señor aparta de mi este cáliz, pero que se
haga tu voluntad y no la mía.
No debemos asustarnos ante el mal pues el mal y el bien
marchan unidos, uno al lado del otro hasta el fin de la vida, al igual que lo
hace el trigo y la cizaña. Aun en medio
del caos siempre habrá un bien que podemos rescatar si estamos en un estado de
conciencia superior que nos permita ir más allá de las apariencias, para que
seamos capaces de extraer lo positivo de una situación aparentemente mala. Cuenta la leyenda que al fondo del cofre de
Pandora, después que salieron todos los males, quedó brillando la
Esperanza.
yolanda silva solano yosis282@gmail.com