Podemos
disponer del perdón de Dios, mediante el acto de perdonar a nuestros
semejantes.
Libro de
Urantia. Pág.1861
La bondad va de la mano
de la misericordia y gracias a ellas podemos ejercer el verdadero perdón y el
olvido ante cualquier ofensa o falta de nuestros hermanos, porque “ la
misericordia es el vástago natural e inevitable de la bondad y el amor. La
justicia eterna y la divina misericordia juntas constituyen lo que en la
experiencia humana se llamaría equidad.”
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Mientras
exista resentimiento y rencor en el alma, no es posible ser bondadoso, ni
tampoco ser espirituales y sentirnos hijos de Dios, porque “nosotros podemos
disponer de su perdón mediante el acto de perdonar a nuestros semejantes. Cuando
perdonas a tu hermano, creas en tu alma la capacidad de recibir la realidad del
perdón de Dios por tus errores.”1861
Sin
embargo, ser bondadoso y misericordioso no significa ser débil, porque “no
debéis ser místicos pasivos ni ascetas insulsos.”1931 “Jesús exigía que sus
seguidores reaccionaran en forma positiva y enérgicamente, cuando el enemigo te
abofetea, no reacciones pasiva y tontamente, sino vuelve la otra mejilla en
actitud positiva, o sea, haz lo mejor posible para alejar a tu hermano errado de
los caminos del mal y conducirlo hacia una vida recta. No olvidéis que el bien
verdadero es invariablemente más poderoso que el mal.”1770
“La
futilidad del mal, un agravio no se corrige con la venganza. No cometáis el
error de luchar contra el mal con sus propias armas.”1580