“El amor es la manifestación exterior, del impulso
divino de la vida interior”39 y es sin duda un arte que debemos aprender en
forma paulatina y siguiendo las huellas de quien se hizo Hombre, para enseñarnos
a amar a nuestro Padre y a nuestros hermanos, pues “en la hermandad de Jesús, no
hay lugar para las rivalidades sectarias, resentimientos de grupo, ni
afirmaciones de superioridad moral e infabilidad espiritual.”2085
Por tanto,
para que el amor sea, lo que realmente debiera ser debe ser desinteresado,
basarse en la comprensión y en el deseo desinteresado de hacer el bien a
nuestros semejantes, sin importar quienes sean y donde quiera que nos
encontremos. Un amor con estas cualidades y ejercido por todos los que nos
consideramos cristianos, sería capaz de cambiar rápida y radicalmente al mundo.
Pero desgraciadamente, los seres humanos, no sabemos amar con esta grandeza de
espíritu. No amamos por la dicha que significa el hacerlo, siempre intimamente
deseamos la recompensa de ser reconocidos y correspondidos.
Si
realmente queremos aprender a amar con generosidad, debemos profundizar en las
enseñanzas de Jesús, porque Él es una revelación del Padre al alma. Es el lente
espiritual en semejanza humana,que hace visible a la criatura material a Áquel
que es invisible. Es nuestro hermano mayor en la carne, hace que vosotros
conozcáis a un Ser de atributos infinitos, a quien ni siquiera las huestes
celestiales, pueden suponer comprender plenamente. Pero todo esto, debe
consistir en la experiencia personal y espiritual de cada
persona.”1857
Trabajemos
diariamente en aprender a amar con nuestros pensamientos, sentimientos y
acciones voltivas, demostrémosle a nuestros hermanos que:
EL AMOR ES
LO MÁS GRANDE DEL MUNDO.
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