Los
seres humanos seríamos mucho más felices si tuviésemos en cuenta esta cita,
porque lo más corriente es que cuando creemos amar a alguién, pensemos que nos
pertenece y sin respetar su individualidad, queramos aprisionarlo con nuestras
exigencias. El amor es libre y no tolera ni siquiera las ataduras de flores,
como es el exceso del seudo amor, que muchas veces nace de las madres
sobreprotectoras, que sin darse cuenta anulan la personalidad del hijo. Tampoco
los celos jamás podrán ser una demostración de nuestra preocupación o de nuestro
amor, porque ellos sólo nacen de la inseguridad en nosotros mismos, que nos
creemos incapaces de ser amados como nos merecemos y por lo mismo ponemos reglas
y obligaciones.
Pero
ésto que decimos del amor entre los humanos, también es aplicable al amor que le
tenemos a Dios, pues "el hombre nunca puede coger el amor del Padre y retenerlo
en su corazón.” 1289 porque cuando este amor es sincero, lo único que debemos
desear es que otros seres humanos tengan el mismo privilegio y la misma alegría
que nosotros hemos conseguido, pues "el amor del Padre puede llegar a ser real
para el hombre mortal, sólo al pasar a través de la personalidad del hombre
cuando a su vez dona ese amor a sus semejantes. El gran circuito del amor viene
del Padre, a través de los hijos a los hermanos y de ahí al Supremo. El amor del
Padre aparece en la personalidad mortal por ministerio del Espíritu residente.
Este hijo que conoce a Dios revela este amor a sus hermanos universales, y este
afecto fraternal es la esencia del amor del Supremo. “1289
Trabajemos en nosotros mismos, para que nuestro
amor a Dios sea dinámico, no permitamos que ni los dogmas, ni las
incomprensiones, ni las jerarquías, ni los contactados nos intimiden, ni nos
ordenen que hacer, porque nuestro amor no tiene por qué ser igual al de nadie,
porque "la verdadera religión es la actitud de un alma individual, en sus
relaciones conscientes con el Creador.”1607 pues "es la mente del hombre la que
se vuelve mediadora entre las cosas materiales y las realidades
espirituales.1778" pues "la verdad es siempre una autorrevelacón cuando surge
del trabajo en conjunto con el Espíritu residente y por lo mismo ella debe
juzgarse por sus frutos, de acuerdo con la manera y el grado en el que exhibe su
propia experiencia.”1109 y de la forma en que se es capaz de tolerar, perdonar y
amar a los semajentes.
Enamorémosnos de la Vida y aprendamos a decir con frecuencia ¡ te
quiero ! porque no basta amar hay, que hacérselo saber a las otras personas...
"Dediquemos nuestra vida a demostrar
que el Amor es lo más grande del mundo.”2047
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