Debéis en
verdad ser tiernos en vuestro trato con los mortales.
Libro de
Urantia. Pág.1575
La ternura es un término que hoy en día está fuera de
onda. La prisa por vivir nos hace olvidar que ser tiernos no quiere decir ser
blandos, complacientes ni débiles, muy por el contrario, es el antónimo de la
dureza y de los males modales. La ternura se expresa en la mirada, en el tono de
voz, en la sonrisa, en saber agradecer a quien nos presta un servicio, sin
importar lo que sea, ni quién sea.
Ser tiernos es
tener nuestra sensibilidad a
flor de piel como la tenía Jesús, para ser capaces de darnos cuenta de las
necesidades morales, espirituales y materiales de nuestros hermanos, no
permitamos que la prisa del vivir nos haga ciegos y sordos ante ellos, sino por
el contrario "Cuando los sentimientos del servicio para con vuestros semejantes
surjan en vuestra alma, no los ahoguéis; cuando las emociones del amor por
vuestro prójimo desborden en vuestro corazón, expresad estos impulsos de afecto
en un ministerio inteligente de las necesidades auténticas de vuestros
semejantes. 1745.
Jesús nos pide que “no seamos místicos
pasivos, ni ascetas insulsos, ni soñadores. Debéis en verdad ser tiernos en
vuestro trato con los mortales que yerran, pacientes en vuestras relaciones con
los ignorantes, serenos cuando se os provoque; pero también debéis ser valientes
en la defensa de la rectitud, poderosos en la promulgación de la verdad y
enérgicos en la predicación de este evangelio del reino.1931
Si nos propusiéramos hacerle caso al Maestro,
no sólo estaríamos sirviendo a los demás, sino que nos estaríamos ayudando a
nosotros mismos, porque “ tener sensibilidad y saber responder a las necesidades
de los hombres, genera una felicidad genuina y duradera y estas actitudes
cordiales, a la vez salvan al alma de las emociones destructoras de la ira o el
rencor.”1575