Jesús nunca se preocupó ni por la
moral ni la ética como tales.
Libro de Urantia.
Pág.1860
La ética y la moral no obedecen a mandatos, ni a obligaciones,
para que sean verdaderas y se conviertan en acciones positivas y no farisaicas,
deben nacer del corazón, porque “la
hermandad en crecimiento de los creyentes del evangelio, los aspectos sociales
de la moral más elevada y de la ética más noble, resultan del reinado del
espíritu de Dios en el corazón de los creyentes
individuales.”1860
“La moralidad humana puede reconocer valores,
pero sólo la religión puede conservar, exaltar y espiritualizar dichos valores.
Pero a pesar de dichas acciones, la religión es algo más que moralidad
emocionalizada. La religión es para la moralidad lo que el amor es para el
deber, lo que la filiación es para la servidumbre lo que la esencia es para la
sustancia.”1114 porque “la rectitud experiencial, es un placer, no un deber. La
rectitud de Jesús es amor dinámico, afecto paterno y
fraterno.”1574
Si el mundo sufre una
verdadera crisis de falta de ética y de moral, es porque la religión de muchos
es sólo una teoría, se asiste a la iglesia pero la religión no se vive en la
vida cotidiana y peor aun, porque lo que hoy en día existe es la amoralidad, que
es cuando no se es capaz de distinguir entre el bien y el mal. La libertad de la
individualidad se convierte en libertinaje desenfrenado que perjudica a los
demás y si no es detectado por un informe en la prensa, se continúa actuando en
forma impune y sin la menor consecuencia entre lo que se dice y lo que se
hace.
La ética y la moral necesitan de una conciencia
despierta, porque “la religión crea para la
mente humana una conciencia espiritualizada de la realidad divina, basada en
conceptos antecedentes de valores morales y derivada por la fe de estos
conceptos y coordinada con conceptos sobrepuestos de valores espirituales. La
religión de esta manera se torna un censor de los asuntos mortales, una forma de
fideicomiso moral glorificado y confianza en la realidad, las realidades
enaltecidas del tiempo y las realidades más duraderas de la eternidad.”
yolanda silva
solano