En
Roma fue donde ocurrió ese conmovedor evento en el cual el Creador de un
universo, pasó varias horas buscando a un niño perdido. Jesús lo encontró
llorando desconsoladamente y lo devolvió a su afligida madre
Libro de Urantia. Pág.1466
Si tuviésemos que resumir en una frase la ternura de
Jesús por los niños, creo que debería ser la cita de hoy. Para un Creador del
Universo, pareciera tan insignificante que un niño se hubiese extraviado, cuando
hay tantas otras cosas aparentemente mucho más importantes de que ocuparse, sin
embargo Jesús deja todo para consolar al pequeño y lo lleva junto a su madre,
para que ambos dejen de angustiarse.
Qué diferente podría ser el mundo, si nosotros nos
asemejarámos aunque fuese un poquito a Jesús y estuviésemos pronto a ayudar a
nuestros hermanos que sufren, sin necesidad que nadie nos lo pidiera, ni tampoco buscar la
excusa de que tenemos cosas más importantes por hacer, teniendo presente "que
nada de lo que hace un hijo de Dios es ordinario.”2049
Después de dejar al niño en su casa junto a su madre,
Jesús le hizo el siguiente comentario a Ganid: "la mayoría de los seres humanos
son como este niño perdido. Lloran de temor y sufren de pena la mayor parte del
tiempo, sin ver que en verdad no están sino a corta distancia de la seguridad y
de la salvación, están desorientados, al igual que este niño que estaba muy
cerca de su casa. Los que conocen el camino de la verdad y disfrutan de la
seguidad de conocer a Dios, deberían considerar que es un priviliegio para ellos
y no un deber, ofrecer orientación a sus semejantes en sus esfuerzos por
encontrar las satisfacciones de la vida. ¿Acaso no fue para nosotros un gran
agrado el ayudar a este niño a volver donde su madre?. Del mismo modo, los que
conducen a los hombres a Dios, experimentan la satisfacción suprema del servicio
humano.”1466
Que diferente podría ser la convivencia, si tratáramos
de imitar a Jesús, cuántas veces estamos tan ocupados en leer el Libro de
Urantia, que se nos olvida cuán importante es el servicio para entrar en el
Reino " Al hombre evolucionario no le apetece naturalmente el
trabajo duro. En su experiencia de vida, para mantenerse al ritmo de las
obligatorias demandas y los impulsos poderosos de una experiencia religiosa,
necesita una actividad incesante en crecimiento espiritual, expansión
intelectual, ampliación de los hechos y servicio social.”1121