Sabio consejo el que se nos entrega y que nos demuestra
cuanto conocía y amaba Jesús a los hombres, porque no se preocupaba solamente de
la superación de sus almas, sino que también de su bienestar físico, porque
mientras más sano y fuerte esté nuestro cuerpo físico, más propicio va a estar
también nuestro espíritu para discernir lo que es correcto hacer, aún en medio
de las dificultades.
Alejarse de los problemas no es indolencia, ni
escapismo, porque el hacerlo sería inconsecuencia con nuestra meta de querer ser
perfectos, por eso no se trata de ignorar lo negativo que nos ocurre, sino de
tomar algo de distancia para poder ver con claridad, no sólo como podemos
solucionar el problema, sino que también como lo podemos aprovechar para crecer
espiritualmente.
No olvidemos que “las dificultades pueden desafiar la
mediocridad y derrotar a los temerosos, pero sirven de estímulo a los verdaderos
hijos de Dios.”556
"Así, cuando volváis descansados después de un período
de esparcimiento o de adoración, podréis atacar vuestros problemas con mente más
clara y mano más firme, y desde luego, con el corazón más resuelto. Muchas veces
veréis que el problema se ha achicado en tamaño y proporción durante vuestro
reposo de la mente y el cuerpo, porque siempre existe el peligro de que la
monotonía de las relaciones humanas, multiplique las perplejidades y magnifique
las dificultades.1611"
El tomar fuerzas de la recreación, no sólo nos sirve
para solucionar mejor nuestros problemas, sino que además nos enseña a vivir la
Vida con plenitud, lejos del concepto que ella es un valle de lágrimas. muy por
el contrario, pues “nuestra religión late con nueva vida y nuevos significados.
Los que aceptan estas enseñanzas se llenan de alegría y su corazón los impulsa a
regocijarse para siempre, porque una felicidad en crecimiento constante es
siempre la experiencia de todos los que están seguros de Dios.
“1766
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