El reposo
determina la capacidad para la receptividad espiritual.
Libro de Urantia.
Pág.1777
“La meta magna de la existencia humana
consiste en sincronizarse con la divinidad del Espíritu residente; el gran logro
de la vida mortal es alcanzar una consagración verdadera y comprensiva a los
objetivos eternos del espíritu divino, que aguarda y trabaja dentro de tu
mente.”1206 porque “es el Ajustador el que crea dentro del hombre ese deseo
insaciable y ese incesante anhelo de ser como Dios y alcanzar el
Paraíso.”1176
Pero para que la misión
del Espíritu residente sea fructífera, es preciso que nosotros estemos en un
estado de alerta espiritual, para ser capaces de darnos cuenta del momento
presente que estemos viviendo, cualquiera que él sea, desde el más cotidiano y
simple, hasta el más el más doloroso o el más alegre, porque “nada de lo que
hace un hijo de Dios es ordinario. 2049”
Darse cuenta es “ el esfuerzo hacia la madurez
necesita trabajo, y el trabajo requiere energía. ¿De dónde vendrá el poder para
realizar todo esto? Una vez que poseamos un cuerpo normal y una salud
razonablemente buena, debemos buscar esas atracciones que actúen como estímulos
para despertar las durmientes fuerzas espirituales del hombre. Jesús nos ha
enseñado que Dios vive en el hombre; ¿cómo podemos liberar esos poderes de
divinidad de dentro del alma? ¿Cómo inducir a los hombres a liberar a Dios para
que él pueda salir adelante y refrescar nuestra alma al pasar hacia afuera y
luego esclarecer, elevar y bendecir innumerables otras almas? ¿Cómo puedo yo de
la mejor manera despertar estos poderes latentes del bien que yacen durmientes
en mi alma? 1777
Es preciso encontrar la
paz y el silencio interior. “ La
meditación pone en contacto la mente con el espíritu. El reposo determina la
capacidad para la receptividad espiritual. El intercambio de fuerza en vez de
debilidad, valor en vez de temor, voluntad de Dios en vez de mente humana,
constituye la adoración. 1777
“Pero un esfuerzo
dedicado y determinado a la realización del destino eterno, es totalmente
compatible con una vida regocijada y alegre y con una carrera de éxito honorable
en la tierra. La cooperación con el Espíritu residente, no comprende
autotortura, piedad falsa, ni autohumillación hipócrita y ostentosa; la vida
ideal es una vida de servicio amante y no una existencia de aprehensión
temerosa.”1206
Porque la felicidad más
elevada está indisolublemente vinculada con el progreso espiritual y una paz que
trasciende toda comprensión.”1098