En el mundo convulsionado en que vivimos,
es mucha la gente que se siente sola, insatisfecha y confundida. Sienten que sus vidas pasan vertiginosamente,
están rodeadas de actividades y de otras personas pero... se sienten solas y con
un gran vacío interior, por eso apenas llegan a sus casas encienden el televisor
o si son jóvenes ponen el equipo de música a todo volumen, buscan llenar su
vacío, aturdiéndose más contestando los wasap.
Son
muy pocas las personas que asocian su vacío y su insatisfacción a la ausencia de
religión y de oración en sus vidas porque desconocen que “es la presencia del
Espíritu divino, el agua de la vida, la que previene la sed devoradora del
descontento mortal y el hambre indescriptible de la mente humana no
espiritualizada”381. “La religión
eficazmente cura el sentido del hombre
de aislamiento ciudadano de un universo nuevo y significativo. La religión asegura al hombre que al seguir
el destello de la rectitud que discierne en su alma, se identifica de esa manera
con el plan del Infinito y el propósito del Eterno. Tal alma, liberada inmediatamente comienza a
sentirse cómoda en este universo” 1117.
La oración y la asistencia a la iglesia en sí, no necesariamente lo hacen
a uno religioso, porque creer que Dios existe como una formulación abstracta,
como se cree en el teorema de Pitágoras, no afecta para nada nuestra vida
cotidiana. Un Dios que existe, pero que
no influye en mis actos, es lo mismo que si no existiera. Dios se convierte en una figura decorativa,
en algo intrascendente, aun cuando nuestros labios emitan rezos que digan lo
contrario pues “la verdadera religión es discernimiento interior de la realidad,
el vástago de la fe de la conciencia moral y no un simple consentimiento
intelectual en un cuerpo de doctrinas dogmáticas” 1107.
Discernimiento interior de la realidad exterior,
porque “aislar parte de la vida y llamarla religión, es desintegrar la vida y
distorcionar la religión.”1124
yolanda silva solano yosis282@gmail.com