Ningún hombre debe temer que el Creador no sepa la naturaleza o grado de sus aflicciones temporales.
Libro de Urantia. Pág. 2019
Porque su Hijo Jesús, tuvo pena al saber que su amigo Lázaro había fallecido, tuvo sed y le pidió agua a la samaritana, lloró al entrar a Jerusalén y saber que esa misma multitud que lo aclamaba, sería la que días más tarde lo llevaría al calvario. Jesús sufrió al igual que cualquiera de nosotros. Experimentó los altibajos de sentimientos que son comunes a toda la raza humana.
“La experiencia de separarse de los apóstoles fue un esfuerzo muy grande para el corazón humano de Jesús, se daba cuenta de cuán débiles e ignorantes que eran, tenía miedo de dejarlos y su corazón humano no quería hacerlo. Estaba alejado de su familia, uno de sus elegidos lo había traicionado y otro lo negaría. Su alma estaba atormentada por el amor despreciado y su misericordia rechazada.”1969
“Cuando los hombres y mujeres, contemplan a Jesús ofreciendo su vida en la cruz, no deberían atreverse a quejarse, ni siquiera por los sufrimientos más grandes de la vida y mucho menos por las pequeñas dificultades o por sus penas puramente ficticias”2019, sino que al igual que Jesús en el Huerto de Getsemaní pedir al Padre, ayuda para beber el cáliz de la aflicción con amor y resignación al igual que Él lo hizo, cuando dijo: “Padre, yo sé que es posible evitar esta copa...todas las cosas son posibles para ti...pero quiero hacer tu voluntad... y aunque esta copa sea amarga, la beberé si es tu voluntad” 1968
Yolanda silva sola