. No ofrezcáis simpatía a vuestros semejantes con el solo objeto de
conseguir que ellos a su vez simpaticen con vosotros.
Libro de Urantia.Pág. 1766
"Jesús realmente comprendía a los hombres,
por lo tanto podía manifestar compasión genuina y mostrar comprensión sincera.
Pero pocas veces cedía a la piedad. Mientras su compasión era ilimitada, su
comprensión era práctica, personal y constructiva. Su familiaridad con el
sufrimiento no dio nunca origen a la indiferencia, y él podía ministrar a las
almas atormentadas sin acrecentar en ellas la compasión de sí
mismas.1875"
“Enseñad a todos los
creyentes a que no se apoyen en las tablas inseguras de la falsa compasión. No
podéis desarrollar caracteres fuertes si os entregáis a compadeceros a vosotros
mismos; intentad honestamente evitar la influencia engañosa de compartir
pesares.”1766
Esta
conducta requiere de nosotros una mentalidad sensible, capaz de consolar más
que con nuestras palabras, con nuestros gestos de ternura, a veces un cariño,
un abrazo dicen más que cien palabras dichas de los labios hacia afuera.
Yolanda silva solano