Muchas almas
pueden ser conducidas mejor a amar al Dios invisible si se les enseña primero a
amar a sus hermanos a quienes pueden ver.
Libro de
Urantia Pág. 1727

Como preparación para recibir
dignamente al 2019, dejemos atrás todo lo aparentemente negativo del año que se
va, especialmente olvidemos los rencores, las penas que nos hemos procurado
nosotros mismos, al no aceptar a los otros como son y no como nosotros
quisiéramos que fuesen, dejemos atrás nuestra importancia personal y abramos
nuestro corazón con mucha alegría y buen humor démosle la bienvenida al Nuevo
Año, haciéndonos conscientes de lo mucho que tenemos en vez de sufrir por lo
que aparentemente pueda faltarnos.
Que cada abrazo nuestro, no sea un
rito más de ese momento, sino que en cada uno de ellos entreguemos amor de
verdad, recordando que a quién abrazamos es un hermano, es un hijo de Dios,
porque en todos está la chispa divina del Espíritu residente. “No podemos
buscar a Dios por medio del conocimiento, pero podemos conocerlo en nuestro
corazón por medio de la experiencia personal 1453" de amar a nuestro
prójimo como Jesús nos ama.
Yolanda silva
solano