La
verdad teórica está muerta, no tiene vigencia, a menos que el Espíritu divino
infunda inspiración sobre la verdad y estimule las fórmulas de rectitud.
Libro
de Urantia. Pág.380
Para que
las cosas se puedan renovar, hay que estar completamente abiertos al cambio
intelectual, espiritual y material, porque “el hombre alcanza la unión divina,
mediante una comunión espiritual progresiva y recíproca, una relación con el
Dios personal, a través de una conformidad inteligente y sincera con la
voluntad divina.”31
Hay que
ser dúctil con nuestras ideas, juicios y costumbres, porque los hábitos y los
apegos tanto a las cosas como a las personas, nos atan y nos impiden
evolucionar, porque el crecimiento espiritual es dinámico y sólo se consigue a
través de las experiencias y decisiones propias y conscientes.
Cuando
se consigue la amalgama entre el Espíritu residente y el alma humana, la
verdad, cualquiera que ella sea se torna viva, porque “las partes e individuos
del universo, evolucionan como reflejo de la evolución del Supremo. Jesús, reveló el amor divino del Padre
Creador para sus hijos y por eso el hombre puede aspirar a revelar este amor a
sus hermanos, pues la criatura es un reflejo auténtico del amor del
Supremo.”1279
Yolanda silva solano