Jesús proclamó la buena nueva, que consiste en
conocer a Dios y conocernos a nosotros mismos como hijos de Dios
Libro de Urantia. Pág. 67.
“La experiencia de conocer a Dios, la conciencia religiosa, debe estar
dispuesta a someterse a la crítica inteligente y a una interpretación
filosófica razonable, no debe tratar de ser una cosa separada de la totalidad
de la adoración.” 69
Porque la
adoración es “la técnica de buscar en Dios, la inspiración para servir a
muchos.” 1616 Él no necesita de nuestra
pleitesía, ni de meditaciones místicas, ni de posturas o momentos especiales,
pues “la adoración es el acto consciente de reconocer y aceptar la verdad.”303
“El Padre
Universal, nunca impone ninguna forma de reconocimiento de adoración formal, ni
de servicio servil a las criaturas volitivas inteligentes de los
universos."24 Él nos pide que en
cada ser vivo lo veamos y les entreguemos el Amor que nos ha dado.