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De: TATIS-7 (Mensaje original) |
Enviado: 01/02/2020 15:51 |
AMOR
Oro por otros afianzado en el poder del amor.
La energía de Dios es la energía del amor. Dicho amor se convierte en una expresión de quien soy a medida que lo comparto con los demás. Doy de mi tiempo, mis habilidades y mis recursos. Escucho con compasión y comprensión. Soy paciente y considerado. Permito que el amor de Dios fluya libremente por medio de mí.
Siento cómo el amor regresa a mí aumentado y multiplicado. Oro, manteniendo a cada persona en mi corazón. Oro por su salud y bienestar, visualizándola sana y llena de vida. Oro por su paz interna, sabiendo que la paz de Dios mora en ella. Oro por su prosperidad, con fe en que cada necesidad es satisfecha. Y oro por armonía, consciente de que el amor de Dios guía sus caminos.
Como yo os he amado, que también os améis unos a otros.—Juan 13:34 |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 02/02/2020 19:53 |
LA SABIDURÍA, LA COMPRENSIÓN Y EL AMOR DE DIOS ESTÁN ESCRITOS EN MI CORAZÓN.
En la Biblia, el profeta Jeremías comparte una visión inspiradora de la promesa de Dios: “Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón”.
La Ley Divina es el principio espiritual que establece orden en el universo y en todo lo que existe en él. Es también la presencia viviente de Dios en mi mente, en mi corazón y en mi vida.
Mediante mi práctica de oración y meditación, me vuelvo receptivo a La Ley divina que obra en mi vida. Mi comprensión crece en armonía con esta ley y mi discernimiento me lleva a tomar buenas decisiones en cada área de mi vida. En el Silencio, suscito la sabiduría y el amor en mí. Comprendo que son parte de mi ser y permito que me guíen.
Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. —Jeremías 31:33
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De: TATIS-7 |
Enviado: 24/02/2020 19:21 |
DIGO SÍ A EXPRESAR LA VIDA DE DIOS DENTRO DE MÍ.
Me comprometo a hablar y actuar desde mi divinidad. Sé que cuando digo sí a Dios expresado como yo, tengo el poder de hacer una diferencia en mi vida y en mi mundo. No importa lo que esté pasando en mi vida, puedo elegir mi respuesta. Incluso cuando estoy enfrentando desafíos. Aun en momentos en los que cuestiono la dirección de mi vida. Digo sí al camino que motiva mi intuición, y confío en que avanzo hacia mi bien.
Al compartir la verdad que sé, estoy ayudando a otros a decir sí para que su propia luz brille. Mi fe se hace más fuerte cuanto más comparto esto. Es sorprendente ver los cambios que ocurren en mi vida y en la vidas de otros al mantener una actitud positiva.
Porque Jesucristo, el Hijo de Dios, que Silvano, Timoteo y yo les hemos predicado, no ha sido “Sí” y “No”; sino que siempre ha sido “Sí” en él.—2 Corintios 1:19
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