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De: TATIS-7 (Mensaje original) |
Enviado: 12/09/2020 04:01 |
EN UNIDAD Y CON RESPETO, YO RECUERDO.
Aunque llevemos vidas distintas y tengamos diferentes prioridades, algunas fechas en el calendario representan aniversarios de pérdidas o de celebraciones comunes. En tales días, me siento cerca de los demás. Tal vez sea inspirado a expresar mi afecto y respeto mediante actos de amabilidad, o para hacer sonreír a alguien.
En lugar de descartar esos sentimientos, los reconozco, apreciando y abrazando la experiencia de unidad que hacen surgir. Me siento vinculado con toda la humanidad. Recuerdo las razones para celebrar o las lecciones aprendidas por las pérdidas. Mientras honro el legado de quienes me antecedieron, me uno en una conciencia de unidad con los demás.
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo crea que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí.—Juan 17:23
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De: TATIS-7 |
Enviado: 23/09/2020 02:15 |
AL CENTRARME, CREO UNA VIDA BALANCEADA.
Vivir en balance no significa dedicar la misma cantidad de tiempo a tareas específicas o prestar igual atención a cada área. Es más bien tomar tiempo cada día para las prácticas que me mantienen centrado. Mi ambiente interno crea mi mundo externo, y no puedo esperar armonía en lo externo cuando en lo interno existe discordia.
La cantidad de energía que tengo corresponde directamente con la calidad de mi descanso. Para dar, debo estar dispuesto a recibir. Antes de comenzar mis actividades diarias, permanezco un tiempo en quietud. Cuando doy tiempo a otros me tomo un tiempo para mí. Escucho tanto como hablo y me permito algo de diversión aun durante el trabajo. En el balance entre lo divino y lo humano, encuentro mi armonía.
El que es magnánimo, prospera; el que sacia a otros, será saciado.—Proverbios 11:25
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De: TATIS-7 |
Enviado: 23/09/2020 21:50 |
EL AMOR DE DIOS ME RECONFORTA.
Confío en la oración cuando busco consuelo y solaz, especialmente en tiempos de pérdida y aflicción. Si dicha pérdida se refiere a un empleo, a una relación o a un fallecimiento, soy gentil conmigo mismo mientras proceso mi pena. Mi mente y mi corazón pueden buscar el porqué. Tal vez nunca lo sepa, mas encuentro consuelo en mi Cristo morador, y me sé bendecido.
Me siento seguro siendo quién soy mientras proceso mi pena. Si necesito llorar, lo hago libremente. Como sea que exprese mis emociones sobre las transiciones de mi vida, el amor divino me envuelve. Al aceptar el cambio y la pérdida, emerjo de mi experiencia confiado y fuerte, sabiendo que Dios es en todo como un todo.
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién podría yo temer? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿quién podría infundirme miedo?—Salmo 27:1
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