Cuando todos vacilan a tu alrededor, si cuando todos dudan tú confías en tu valor y al mismo tiempo sabes exaltar su flaqueza…. Serás un hombre, hijo mío.
Si sabes esperar y a tu afán poner brida. O blanco de mentiras esgrimir la verdad. O siendo odiado, al odio no le das cabida, ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad…Serás un hombre, hijo mío.
Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey. Si piensas, y el pensar no menguan tus ardores. Si el triunfo y el desastre no te imponen su ley, y si los tratas lo mismo como dos impostores… Serás un hombre, hijo mío.
Si puedes soportar que tu frase sincera sea trampa de necios en boca de malvados. O mirar hecha trizas tu adorada quimera y tornar a forjarla con útiles mellados… Serás un hombre, hijo mío.
Si todas tus ganancias, habiéndolas puesto en un montón y de modo arriesgado pierdes en un golpe de azar, no hablas más de tus pérdidas sino que con bravo corazón vuelves a comenzar… Entonces serás un hombre, hijo mío.
Si en la ruda pelea, cuando el músculo flaquea, logras mantener la cabeza alerta para seguir adelante cuando la voluntad ya decae… Serás un hombre, hijo mío.
Si puedes hablar ante la multitud sin perder tu virtud, o caminar entre reyes sin creerte mejor. Si ni los amigos ni enemigos pueden dañarte, si todos pueden contar contigo , aunque no demasiado… Serás un hombre, hijo mío.
Y si en el minuto de arrebato, puedes contar los segundos, hacer tiempo y tal vez perdonar… Entonces tuyo será la tierra y todo lo que en ella habita, y lo que es más…Serás un hombre, hijo mío.