¿Amenaza para el orden público?
Sobre la entrada de una cafetería de
Leipzig hay una representación escultórica de un hombre con traje turco recibiendo una taza de café de manos de un chico.
En La Meca, el 20 de junio de 1511, el emir
Khair Bey observó a un grupo de hombres bebiendo café. Observó las
características particulares y juntó a un grupo de doctores y juristas
para decidir si la bebida se ajustaba al Corán, que prohíbe toda forma de intoxicación. Como observa Antony Wild, es fácil olvidar que el café es una potente droga, cuya introducción necesita de un consenso cultural, pero no de un consenso médico en Occidente. Por ello, agitados debates acompañaron a los inicios de la introducción del café en el mundo islámico. El entusiasmo era tal que una ley turca de la época sobre el divorcio precisaba que una mujer puede divorciarse de su esposo si éste no llegaba a proporcionarle una dosis diaria de café.
En 1511, Khair Bey hizo cerrar todas las cafeterías, llevando a cabo además una campaña de desinformación contra los perjuicios del café, cuando se enteró de que las críticas contra su poder provenían de bebedores de café. El cierre de las cafeterías causó rebeliones, lo que incitó al gobernador de Egipto a cancelar la prohibición. El consumo de café pudo entonces proseguir su desarrollo. En 1630 había ya un millar de cafeterías en El Cairo. La prohibición volvió de nuevo a Europa, tras la apertura de las cafeterías y, curiosamente, por las mismas razones, es decir, por creer que la ingesta de café desarrolla el espíritu crítico, favoreciendo probablemente los intercambios intelectuales entre consumidores.
El café llegó a Europa alrededor del año 1600, gracias a los mercaderes venecianos. Se aconsejó al Papa Clemente VIII prohibir el café, pues representaba una amenaza de los infieles.
Después de haberlo probado, éste último bautizó la nueva bebida,
declarando que dejar sólo a sus infieles el placer de esta bebida sería
una lástima. El café fue bien recibido por los monjes por las mismas razones que los imanes: permite mantenerse despierto durante mucho tiempo y mantener el espíritu limpio. Los musulmanes, celosos de sus plantas de Coffea arábica, prohibieron su exportación. En 1650, un peregrino musulmán, Baba Budan9 llegó a coger siete plantas en la India, que plantó en Mysore' y cuyas plantas descendientes subsisten todavía hoy.
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Deseo tener aquí este rincón que sirva para reunirnos a tomar esa
taza de café que sabe mas rico cuando se toma en compañía
Pero antes quise un poco de info sobre el tema, encontré esto
que me pareció perfecto, espero y confió en vuestra colaboración.
Op goed geluk
Ceci