De mirarte tanto y tanto, De horizonte a la
arena, Despacio, Del caracol al celaje, Brillo a brillo, pasmo a
pasmo, Te he dado nombre; los ojos Te lo encontraron, mirándote. Por
las noches, Soñando que te miraba, Al abrigo de los párpados Maduró,
sin yo saberlo, Este nombre tan redondo Que hoy me descendió a los
labios. Y lo dicen asombrados De lo tarde que lo dicen. ¡Si era fatal
el llamártelo! ¡Si antes de la voz, ya estaba En el silencio tan
claro! ¡Si tú has sido para mí, Desde el día Que mis ojos te
estrenaron, El contemplado, el constante Contemplado!