La Navidad ya está a las puertas, y con ella, la decoración navideña, las reuniones familiares y con amigos, los regalos, y las comidas y cenas navideñas, en las que los reyes de la mesa son los dulces como el turrón, los mazapanes y los polvorones. Pero… ¿desde cuándo consumimos estos dulces? Desde La Pondala queremos explicarte el origen de estos dulces de Navidad.
El origen del turrón
Existen varias versiones acerca del origen de este dulce, y este es difícil determinar con exactitud. Sin embargo lo que sí está claro es que su origen se remonta a varios siglos atrás, ya que parece ser que los griegos consumían algo parecido que proporcionaba energía a los deportistas durante las Olimpiadas: una mezcla de miel con frutos secos.
Al igual que los mazapanes, se tiene la convicción de que la gran mayoría de estos dulces fueron introducidos por los árabes, sobre todo en el sur de la Península. Sin embargo, otra de las versiones extendidas acerca del turrón, es la historia de un artesano de Barcelona llamado Turró que realizó un producto que alimentara en épocas de hambruna y escasez. Es por ello que actualmente Cataluña y Alicante son los lugares que reclaman el origen de este postre tradicional navideño.
Origen de los polvorones
Al igual que el turrón, el origen de los polvorones no está totalmente claro y son las localidades andaluzas de Estepa y Antequera las que se disputan la antigüedad y origen de este dulce, el cual se remontan al siglo XVI. Tienen carácter humilde, ya que surgieron al aprovechar los excedentes que se producían de los cereales y la manteca de cerdo. Más tarde, se fueron incorporando a la mezcla diferentes ingredientes como especias, frutos secos, chocolate…
Origen de los mazapanes
Otro de los conocidos postres tradicionales de esta época del año son los mazapanes. Este dulce está compuesto principalmente por almendra y azúcar y posteriormente es pintado con huevo, y su característica principal son sus diferentes y divertidas formas. Su origen es incierto, y existen diferentes países a los que se les atribuye este hecho. Sin embargo, la creencia más probable es su procedencia árabe, al igual que otros dulces. Sin embargo, de lo que sí se tiene constancia en España es que tras la batalla de Navas de Tolosa, en el convento de San Clemente produjeron estos dulces para paliar el hambre de la población.