La primavera deja errar a los novios perjuros y que las plumas azules que sacude el ciprés donde anida el pájaro azul se agiten como hojas.
Una Madona al alba ha cogido las rosas silvestres y mañana vendrá a por los alelíes para poner en los nidos de palomas que destina a ese palomo que al anochecer parecía el Paracleto.
En el limonarcillo se enamoraron con el amor que amamos las últimas en llegar. Los pueblos lejanos son como párpados Y entre los limones están sus corazones suspendidos.