SIMPLES DIFERENCIAS
¿Te sentiste más? ¿Te sentiste menos que él?... Puede ser un albañil, un comerciante, un diariero o un abogado. La gente que juzga a otro es porque no puede mirarse a sí mismo. Pensemos así… ¿De qué vale la apariencia? Un día conocí a alguien que creí iba a cambiar mi vida, él era de clase media al igual que yo, pero él se quería sentir superior. Siempre con ese aire de Don Juan, de querer tener más y más. Presumía sus cosas, cosas que quizás yo tenía el doble que él y jamás las mencionaba.
Él conmigo, aparentaba ser divino, me pintaba el mundo color de rosa y no faltaba ocasión en donde el papel de víctima a él le quedara perfecto. Día tras día me di cuenta de que a esa persona sólo le importaba de mí lo que yo tuviera, supe entonces que me había equivocadillo a él jamás lo había mirado por aquello que tuviera.
Yo me había enamorado de sus ojos color café, de su pelo castaño y su manera de hablar.
Él tenía doble personalidad, la que me admiraba y decía quererme y la que me engañaba y se burlaba de mí. No quise más mentiras en mi vida, no quise más engaños y no dejé que me quieran por mi condición económica, me aparté del, de lo que yo alguna vez había imaginado que era amor. Siento que fue una de las decisiones más importantes de mi vida, aunque yo creo que ni siquiera había sido amor. El nunca fue lo que yo en realidad esperaba. Si fue una persona que era mejor perderla que encontrarla.
Pero le doy gracias porque así comprendí que no puedo amar a personas vacantes. Aprendí que el diariero, el albañil, el bolero, pueden ser mejores personas y valorar más aquello que tienen porque lo ganan con el corazón. Aprendí que el chico del almacén o el del Cyber de al lado puede quererme más sin pensar en lo que tengo.
Porque amar no es apariencia. Amar es estar orgulloso de la persona que tienes al lado, mostrarle a todos que estás enamorado, que no te importa lo que digan los demás, es hacerle frente a la realidad que otros no quieren ver.
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