Dicen algunos que a cierta edad, después de los cuarenta,
nos hacemos invisibles, que nuestro protagonismo
en la escena de la vida declina, y que nos volvemos
inexistentes para u mundo en el que sólo cabe el ímpetu de
los años jovens.
Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo,
es muy probable, pero nunca fui tan consciente de mi
existencia, nunca me sentí tan protagonista de mi vida,
y nunca disfruté tanto de cada momento como ahora.
Ahora se que no soy la princesa del cuento de hadas
y que no necesito que me venga a salvar un principe azul en su caballo blanco, porque ni soy una princesa,
ni vivo en una torre , ni tengo un dragón que me este
custodiando.
Hoy me reconozco muje,r capaz de amar. sé que puedo dar sin pedir, pero también se que no tengo quye hacer nada, ni
dar nada que no me haga sentir bien. Por fin
descubri al ser humano que sencillamente soy,
con sus miserias y sus grandezas.
Descubri que puedo permitirme el lujo de no ser
perfecta, de estar llena de dfectos, de tener
debilidades, y de equivocarme, de no responder a las
expectativas de los demás y hasta de hacer algunas
cosas indebidas y a pesar de ello, sentirme bien.
Y por si fuera poco,saberme querida por muchas personas
quee me rspetan y me quieren por lo que soy, si,
así un poco loca, mandona y muchas veces terca.
Pero también cariñosa, tierna, mimosa y a veces
algo triste, porque también tengo mis momentos
tristes, esos en que pongo mi cara larga con aíre
nostálgico y me da por llorar.
Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fui
en el pasado, sonrío a la que soy hoy, me alegro
del camino andado, y asumo mis errores.
¡Qué bien no sentir ese desasosiego permanente que
produce correr tras los sueeños! ¡quee bien!. Ya
aprendí a tener paciencia, aunque reconozco que me costo
un poco madurar. Hoy sé, por ejemplo, que no
puedo reteener el mar, aunquee cuando estoy en
la playa no quisiera dejarlo nunca.
Así lo contemplo, me lleno de ese momeneto único
y cuando llega el momentoi de partir, simplemente me despido diciéndole. ¡Hasta pronto!. También hoy sé que mis
amigos y a migas son peregrinos del mismo camino, y
que en cualquier momento en el que nos encontremos,
nos seguiremos queriendo.
Hoy sé que nadiee es rsponsable de mi felic idad, solo yo.
Hoy sé que el vieento extiende sus brazos cuando
camino por la calle y que solo depende de mí sentirlo.
Hoy sé que la vida es bella...porque la he visto partir ya
muchas veces.
Hoy vivo la vida así como es, bonita con sus ida y vueltas,
con sus amores y desamores, con sus ratos de marea baja,
con sus puestas de sol, con su ruido incesante.
Sólo quiero dejarla correr, sin pedirle nada.
Sólo quiero tener lo que yo me busque, sólo lo que yo
merezca.
"Hoy soy sé que no soy una mujer invisibe, porque Dios
siempre está en mi camino"
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