La soledad actúa como un bálsamo necesario en nuestras vidas. Se trata de un mundo en el que solo existimos nosotros y donde lo único que importa es disfrutar de esos pequeños placeres que nosotras elegimos y que nos hacen tan felices.
Momentos en los que tomamos las riendas de nuestra vida y coexistimos con los quehaceres que realizamos para nosotras mismas. Momentos de gran dicha en que la artista coreana Aeppol se siente inspirada y refleja en su serie de hermosas ilustraciones. Un trabajo en el que celebra la inocencia de la juventud, la belleza de la naturaleza y la felicidad que se puede encontrar simplemente estando sola.
Ilustraciones cuya protagonista es una niña que representa los placeres introvertidos y alejados de todo y de todos, y que habitan en cada uno de nosotros.