El Paso— Un niño fue el primero que alertó a las personas
del atacante en el comercio Walmart de El Paso, Texas, pero nadie le
hizo caso, informó la cadena CNN.
Según se informó, el menor le advirtió a los compradores de que había un hombre armado entrando al establecimiento.
El soldado Glendon Oakley Jr., especialista en logística
automatizada del Ejército de EU, de 22 años de edad, detalló que un niño
entró al establecimiento gritando y advirtiendo sobre un hombre que
disparaba.
"El vendedor en la caja registradora y yo nos miramos el uno
al otro" tras los gritos del muchacho, dijo el especialista a Task &
Purpose en una entrevista telefónica. "Es un niño pequeño ¿le vas a
creer?", dijo el militar.
Tras percatarse de que el ataque era efectivamente cierto, decidió sacar su arma Glock 9 mm que ocasionalmente porta.
"Eso es lo que haces", contó a Task & Purpose. "Sacas tu
arma, encuentras cobertura y descubres qué hacer a continuación",
agregó.
Durante su recorrido a la tienda, Glendon siguió a empleados
que corrían desesperados por el lugar luego de haber derribado una
puerta de seguridad de metal de la tienda. Posteriormente el grupo
terminó en el área de juego del centro comercial rodeados de un grupo de
niños que gritaban por sus padres.
Pesé a sus intentos de ayudar a resguardar a los menores, el
grupo de empleados ignoró las indicaciones del militar, por lo que
decidió "tomar a tantos niños como pude y corrí hasta la salida", dijo.
Al llegar a la salida, el militar se topó con un grupo de policías, los cuales apuntaron con sus armas al grupo de niños.
Tras el altercado, el soldado dijo haberse sentido asustado, pese a su entrenamiento.
"Desearía haber podido sacar más niños de allí. Desearía que
esos tipos que corrieron se hubieran quedado... Solo pienso, ¿y si ese
fuera mi hijo? ¿Cómo querría que reaccionara otro hombre?", dijo Oakley.
Autoridades policiales dieron a conocer que cuatro niños perdieron la vida por consecuencia de los impactos de bala.
En total hasta este lunes 5 de agosto, habían fallecido 22
personas en uno de los tiroteos más mortíferos ocurridos en los Estados
Unidos. Ocho de los muertos eran de nacionalidad de mexicana.