Kuinis
Sé que has pasado cosas muy fuertes, yo te comprendo muy bien, pues ya sabes que también soy depresiva, y es una enfermedad que hay que ponerle muchas fuerzas de voluntad y no alejarse de Dios, en un tiempo corto estuve con antidepresivos, pero ya no quise tomarlos tanto mi doctora del IMSS como un doctor particular me recomendaron seguir tomandolas, pero no acepte.
A mí me quitaron la tiroides, pero yo bajé exageradamente de peso, a tal extremo que si me ponía falda, tenia que ponerme un corpiño para deternerme la falda con seguros.
No te niego que hay ocasiones en que me entra una ansiedad tremenda, con ganas de aventar las cosas, salir corriendo de mi casa, pero...¿a dónde puedo ir?, debe de calmarme, hablo con Jesús y le pido que me ayude, que sane mi alma, que es la que esta herida. No sé si la depresión se nos acelera con lo de la tiroides nos acelera.
Dice mi sacerdote que no existe la depresión, el estrés, quizás él nunca ha sido triste, porque nos cuenta que él nació en un pueblito o rancheria, cuidaba sus animales desde muy pequeño, sus padres fueron muy buenos padres con él y sus hermanos, sabe muchas cosas, hacer casas, estudio ya grande, da muy buenos consejos.
Virginia, címo dice Lulu, no te olvides de nosotros, entra, aunque sea a contarnos como sigues.
Te extrañamos mucho