El pozole es uno de los platillos más mexicanos que
hay, y su historia así lo sustenta, ya que desde la época prehispánica
se comía en ceremonias importantes, por lo que no es casualidad que
ahora cada 15 de septiembre lo comamos, aunque se nos antoja todo el
año.
Cabe resaltar que hace poco el IMSS clasificó al pozole como
un super alimento ya que contiene todos los nutrientes necesarios para
la hora de la comida por la naturaleza de sus componentes que incluyen
maíz, carne, chile y verduras.

En su origen los grandes tlatoanis como el emperador
Moctezuma disfrutaba de un platillo de Pozole en ofrenda a la deidad
Xipe Tótec, que su nombre en lengua náhuatl quiere decir ‘nuestro señor
desollado’, quien en la cosmovisión mexica reinaba sobre el Este, donde
sale el Sol, siendo la parte masculina del universo, la región de la
juventud y de la aurora, del maíz tierno. Además representa la
renovación, la regeneración de la naturaleza espiritual, así como del
suelo seco en suelo fértil.

Por otra parte Xipe Tótec era plasmado en el arte mexica usando
el chicahuaztli, una vara que en su punta tenía un cascabel, para llamar
a los rayos y traer la lluvia para el crecimiento del maíz.

Cabe resaltar que la forma de la preparación del pozole sigue siendo la misma que la de nuestros antepasados.
Su nombre en náhuatl es pozolli, que significa espumoso o hervido (espuma se dice apotzontli, potzonalli). Esto por la apariencia que toma el caldo cuando los granos del maíz especial llamado cacahuazintle
que pierden la cáscara fibrosa que los cubre durante las dos horas que
se precoce en una solución de agua con óxido de calcio, después los
granos de maíz se abren como flor cuando hierven, lo cual les da una
apariencia de espuma.
¿El pozole se comía con carne humana?
Sin embargo hay una parte de la historia del Pozole que está envuelta en un velo de misterio y polémica ya que crónicas de esos tiempos dicen que en su origen se preparaba con carne humana.

Según el cronista Fray Bernardino de Sahagún relata en la Historia
General de las Cosas de la Nueva España que el emperador Moctezuma se le
servía un enorme plato de pozole, con la parte donde se
encontraba la carne con mejor sabor y textura, el muslo derecho de un
prisionero sacrificado, durante las ceremonias en honor al dios Xipe
Tótec llamada Tlacaxipehualiztli.

Esta ceremonia tenía como fin los sacrificios de rayamiento o
gladiatorios, donde un guerrero cautivo era amarrado a un temalacatl
(una gran piedra cilíndrica como la Piedra del Sol) de la cintura para
enfrentar a guerreros mexica de élite.

Después de se matar al prisionero era desollado y desmembrado para su
consumo. El muslo izquierdo y ambos brazos eran propiedad del guerrero
que había capturado a su enemigo en batalla. Aunque lo debía compartir a
sus familiares, compañeros de armas o líderes del calpulli ya que él no los podía consumir, debido a que el capturador se volvía como el padre del capturado.

Esta teoría también la encontramos en el libro Sabor que somos, donde
hay un relato que dice que en marzo de 1530, el conquistador español
Nuño Beltrán de Guzmán, luego de vencer a los indígenas, entró a Tonalá
(Jalisco), donde fue recibido por la cacica Itzoapilli Tzapontzintli y
sus cortesanos con danzas y un suculento pozole.
“Dicen que acercándose don Nuño Beltrán de Guzmán a la olla pozolera,
vio que en el maíz había restos humanos inconfundibles, por lo que
iracundo echó mano a la espada y quebró de un tajo la olla de arriba
abajo, conminando a la reina y los tonaltecos a ya no comer carne
humana”.
Incluso cuentan que los españoles decidieron importar gran cantidad
de cerdos de Europa ya que los indígenas decían que su carne era muy
parecida en sabor, textura y cantidad de grasa que la del humano, siendo
esta una de las principales razones por las que México que más
consume carne de cerdo en el mundo.

Otras versiones dicen que la carne que se hervía con el maíz no era
carne de humanos, sino de xoloitzcuintle, el perro prehispánico que era
domesticado y a veces era criado para consumo.
Asimismo se dice que el pozole también se servía en ceremonias importantes, ya que se puede preparar en grandes cantidades, como los funerales.
Celebración de un casamiento, donde el pozole es parte de los platillos de la fiesta
A lo largo del tiempo este platillo mexicano ha trascendido hasta
ser considerado patrimonio inmaterial de la humanidad, aunque hoy en día
han surgido variedades de ingredientes y gustos dependiendo de
la región.