Una cachetada del destino, que nos rompe los planes a todos.
A los ricos y a los pobres.
A “los buenos” y a “los no tan buenos”.
Un caos.
De los que pensábamos que sólo existían en la historia o en la ficción.
Un mundo confundido, guiado por la política, la televisión o las redes...
peleando contra un enemigo invisible,
que desgraciadamente puede estar en el otro.
En cualquier sonrisa, en cualquier abrazo.
Ya nada es lo que era. Viajar, salir, besar, quedó en espera.
Los países cerraron fronteras.
Algunos se quejan por estar en sus casas,
otros lloran por quedarse fuera de ella.
Algunos no tienen nada en el refri, otros no tienen nada en el corazón.
Todas las bocas hablan de lo mismo.
En inglés, en italiano o español: muchos problemas y poca solución.
Las calles alborotadas o vacías, la realidad cambia
TODOS LOS DÍAS.
Los buses van llenos de miedo,
los aviones ya no quieren tocar el cielo.
El virus recorre el mundo y nos regala una pelea
que no podemos perder.
Nos obliga a cambiar, a cuidarnos para cuidar.
Si el virus muta, también vamos a mutar ..
pero ni rotos dejamos de soñar,
ni locos dejamos de amar.
Sea la tormenta que sea, vamos a aprender,
y lo vamos a superar...
anónimo.