9 -Conéctate con tu propósito de vida.
Las metas son esos retos a corto, mediano y largo plazo que tienes y que te mueven por un tiempo hasta que los logras.
Tu propósito de vida tiene que ver más con tu misión y el rumbo que quieres tener en todo momento.
Es
responder a la pregunta ¿para qué estoy aquí? En esencia para muchos
la respuesta es para ser feliz y ¿eres feliz? Lo eliges a diario o es
una sensación que se da muy de vez en cuando. ¿Qué haría que te
sintieras feliz cada día y te regocijaras con el recorrido y no solo un
destino final?
¿Cómo puedes llevar una vida que sientas tiene
significado y propósito?, ¿qué te mueve?, ¿te acuestas orgulloso de ti
cada día?, ¿qué podrías hacer a diario que haga la diferencia en tu
vida?, ¿qué impacto puedes generar en la vida de otros?, ¿cómo quieres
ser recordado?, o ¿qué huellas quieres dejar en cada lugar por el que
pases o por cada vida que toques?, ¿dejas huellas o cicatrices?, ¿cuál
es tu legado?
Te puedes hacer más preguntas (aquí te dejamos algunas más).
La idea es que reflexiones y las respondas, principalmente concentra tu
atención en ese legado que quieres dejar no solo cuando ya no estés,
sino cada día qué sensaciones quieres dejar en quienes te traten y en ti
mismo para que la elección natural sea ser feliz.
10 -Aprecia y agradece a diario lo que tienes y lo que la vida te ofrece.
La gratitud te mantiene vivo
y te conecta con la felicidad. Estás tan rodeado de tesoros solo que
ya los das por sentado y los ves como algo normal, insignificante o
corriente. Imagina un poco cómo sería tu vida si no tuvieras agua,
energía eléctrica, internet, acceso a una computadora, un techo bajo el
que vivir, un cuerpo y una mente sanos.
Agradece también las
dificultades, los desafíos, las personas y relaciones que te resultan
difíciles, las experiencias que te parecen desagradables, porque todo
esto te enseña, te da lecciones, te provee de habilidades o cualidades,
te califica para algo, te hace mejor persona o te ayuda a descubrir tu
potencial.
Detrás de cada experiencia, por complicada o aterradora
que parezca, hay un regalo listo para ser descubierto. Tu tarea es
encontrarlo.
Agradece a diario,
cada vez que despiertas por la nueva oportunidad y cada vez que te
acuestas por todo lo experimentado y el potencial que hay en ello.
11 -Consiéntete al menos una vez por semana.
Tu
niño interior quiere que lo atiendas. Qué es eso que tanto te gusta
hacer o experimentar que quieres retomar. Te gusta jugar, ir al cine,
viajar o conocer algún lugar nuevo (se relaciona con el punto que
viene), pintar, bailar, ir a un spa, ir a comer a un restaurante, comer
un helado o postre.
Tu
elección va a variar de acuerdo con gustos y presupuesto. Sé creativo,
no todo tiene por qué costar dinero, hay muchas opciones de costo cero o
en las que debes incurrir en gastos mínimos.
Se trata de darte ese pequeño momento de placer que te haga sentirte vivo.
12 -Conoce y explora lugares nuevos para ti o vive nuevas experiencias.
Sales
de casa y tomas siempre las mimas rutas para no arriesgarte a llegar
tarde al destino. Entonces al menos una vez por semana, o siquiera al
mes, proponte ir a conocer un nuevo lugar o vivir una experiencia que
sea diferente, extraña o nada rutinaria para ti.
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Si
tienes fondos para irte de viaje está muy bien, pero si no, basta con
que visites un lugar que llama tu atención y al que no has ido nunca.
Acude
con la curiosidad de un niño, mira todo con detenimiento,
descubriéndolo. Entra por cada espacio o rincón; observa los detalles,
los colores, siente las texturas, aprecia las formas; cierra también por
un momento los ojos (si estás acompañado y el sitio es seguro) y
concéntrate en grabar los sonidos y los olores para que te lleves una
memoria completa de este lugar.
13 -Repite los 12 puntos previos cada semana o mes.
La idea es que esto no sea el experimento ocasional del mes sino un estilo de vida, parte de ti.
Y
no te preocupes, no será una rutina más porque vas a añadir creatividad
e ingenio, que de seguro te sobran y lograr que sean aventuras,
sensaciones o actividades diferentes.
Si no deseas hacer las 12 en
un mes, las puedes dividir a la mitad y haces 6 un mes y 6 el otro y
así las vas turnando o te programas durante un trimestre.
Aquí lo
esencial es que vayas adoptando estas actividades como hábitos, para
reavivar tu llama y la capacidad que todo ser humano tiene de sentirse
vivo una y otra vez.