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Aunque tu nombre es tierno como un beso y trasciende como óleo derramado,
y tu recuerdo es dulce y deseado, rica fiesta al sentido y embeleso;
y es gloria y luz, Amor, llevarlo impreso como un sello en el alma
dibujado, no basta al corazón enamorado para alcanzar la vida todo
eso.
Ya sólo, Amor, perdido en tus abrazos, cabe tu pecho detendrá su
empeño: no aflojará las redes y los lazos,
verá la paz ni gozará del sueño, hasta que tenga paz entre tus brazos
y duerma en el regazo de su Dueño.
6 de julio, 1937
Concha Urquiza
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